"La única manera de terminar con la inflación en Argentina para siempre es cerrar el Banco Central. Soy el único que dispuesto a hacerlo. El resto son cómplices de la estafa de la inflación. Si te roban es porque querés". Las palabras son de Javier Milei.
El economista y precandidato a Presidente por los libertarios las escribió en Twitter, uno de sus medios preferidos para expresarse. Fue solo una de las veces en las que se refirió al tema, que es uno de los ejes sobre los que rondan sus propuestas de cara a las elecciones.
Así son los heterodoxos...
— Javier Milei (@JMilei) April 15, 2023
Siempre la culpa es de otro...
NO...!!!
El culpable de la inflación está ubicado en Reconquista 266 y se llama Banco Central de la República Argentina...
Si lo cerramos terminamos con el flagelo de la inflación...
CIAO https://t.co/UhccPun46z
Esta idea está emparentada con la de dolarizar. Del mismo modo, es poca la experiencia internacional que existe en la materia. Actualmente, solo nueve de los 195 países que cuentan con reconocimiento internacional carece de Banco Central.
Si buscamos regularidades, las hay: son todos países entre pequeños y minúsculos en cuanto a la extensión de su territorio; varios tienen economías completamente dependientes de la ayuda extranjera; en algunos casos las condiciones son muy laxas, lo que ha valido el título de paraíso fiscal; son pocos los que resultan conocidos popularmente.
Apenas nueve países como espejo
Alfabéticamente, el primero es Andorra. Tiene una superficie de 468 km2, un poco más del doble que la ciudad de Buenos Aires, y está ubicado en los Pirineos, entre España y Francia. Y viven unas 82.000 personas, similar a las que entran en el estadio Monumental.
Sus jefes de Estado son dos y no dependen de la voluntad de los andorranos. El cargo lo ocupan el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el obispo católico de la diócesis de Urgel, que hoy es el catalán Joan-Enric Vives.
Si bien no hay banco central, existe la Autoridad Financiera Andorrana, que cumple algunas funciones similares en cuanto a la supervisión del sistema financiero. No emite dinero, ya que se utiliza el euro: a pesar de que el país no forma parte de la Unión Europea, firmó un convenio y el euro es la moneda oficial.
Tanto la UE como la OCDE dejaron de considerar a Andorra como un paraíso fiscal en los últimos años. En 2017 dejó el secreto bancario. Igualmente, cuenta con impuestos muy bajos, lo que motivó a youtubers e influencers de otros países a instalar su residencia fiscal allí.
El segundo enclave son las Islas Marshall. Allí viven 62.000 personas, un tercio de los habitantes de Tierra del Fuego, en una superficie similar a la del partido de Moreno. Son 34 pequeñas islas ubicadas en el Océano Pacífico, a 4000 kilómetros de Filipinas y de Hawái.
Se independizó en 1990 de Estados Unidos, país con el que tiene un pacto de libre asociación: desde Washington se encargan de la defensa y llega ayuda económica. De hecho, Estados Unidos realizó pruebas nucleares después de la Segunda Guerra Mundial. Una de ellas, la Operación Castle, fue una explosión 1000 veces más potente que las bombas de Hiroshima o Nagasaki, por lo que los estadounidenses luego pagaron compensaciones al pequeño país, que sigue teniendo altos niveles de radiactividad.

También en el Pacífico se encuentra Kiribati, otro pequeño país compuesto en el que viven 110.000 personas, la mitad que en el municipio de Ezeiza. Está formado por 34 islas y hay 4500 kilómetros entre las más alejadas entre sí. Para tener un parámetro: entre Ushuaia y La Quiaca hay 3600.
Obtuvo su independencia del Reino Unido en 1979. Tampoco tiene moneda, sino que utiliza el dólar australiano. Recibe ayuda financiera de distintos países, como Australia o Japón, pero igualmente es el país más pobre de Oceanía. Está jaqueado por el cambio climático: podría ser el primer país en desaparecer por la subida del nivel del mar.
Como curiosidades geográficas, es el primer país en recibir cada año nuevo y es el único que está de forma contigua en los cuatro cuadrantes del planeta (al sur y al norte del ecuador y al este y al oeste de Greenwich).
Otro pequeño país del Pacífico que tampoco tiene banco central es Estados Federados de Micronesia. Tiene una superficie que duplica a La Matanza, pero allí solo viven 104.000 personas. Cuenta con más de 600 islas, que tienen 2700 kilómetros de distancia entre las más extremas.
En 1979 se independizó de Estados Unidos. Igualmente, sigue dependiendo de ese país, ya que se encarga de la defensa y envía ayuda económica de forma periódica.
De vuelta en Europa, Mónaco es el segundo país más pequeño del planeta, con solo 2 kilómetros cuadrados. Algo así como 200 canchas de fútbol. Solo 38.000 personas viven allí y más de la mitad son extranjeros: se trata de multimillonarios que se instalaron allí por los bajos impuestos. De hecho, no hay impuesto sobre la renta. Igualmente, en 2022 dejó de ser considerado paraíso fiscal por la OCDE.
No emite dinero y utiliza el euro como moneda gracias a un acuerdo con Francia, a pesar de no pertenecer a la Unión Europea. La diferencia con Argentina es gigante: es el país más rico del mundo. Con un PBI per cápita de 234.000 dólares, multiplica por 23 al argentino.
Para el siguiente país se debe regresar a Oceanía. En Nauru viven solo 10.800 personas -un 20% más de las que entran en el Luna Park- en una superficie menor a la del barrio de Palermo. En 2003 pareció competirle a la Argentina: tuvo siete presidencias distintas en ese año.
Su trayectoria económica es llamativa. Hasta la década de 1980 fue uno de los países más ricos del mundo gracias a la explotación del fosfato. Cuando se agotaron los recursos comenzó una crisis de la que nunca se recuperó del todo. Buscó distintas alternativas: se convirtió en paraíso fiscal, vendió sus votos en organismos internacionales y logró un acuerdo con Australia para tener un centro de detención de refugiados, que ha sido denunciado por las condiciones que tiene. Utiliza, justamente, el dólar australiano como moneda.
Algo más grande es Palaos, ubicado al norte de Indonesia. Con una superficie que duplica a la ciudad de Buenos Aires, solo tiene una población de 18.000 personas. Son nada menos que 340 islas.
Logró su independencia en 1981 de Estados Unidos. Pero, al igual que en otros casos, recibe ayuda financiera de ese país y utiliza el dólar como moneda de cambio. Tiene un tratado de libre asociación con ese país americano, que instaló bases militares en su territorio soberano.

El anteúltimo país de la lista es el más grande. Panamá, que tampoco tiene banco central, tiene una superficie similar a la de la provincia de San Luis y alberga a 4,3 millones de personas, un poco más que Córdoba. La Unión Europea lo considera un paraíso fiscal por su falta de transparencia y colaboración. Además, tiene un índice GINI de 0,498, el 14° peor del planeta. Más de la mitad de sus exportaciones de servicios provienen del transporte y están vinculadas al canal. Equivalen a 7000 millones de dólares.
Finalmente, el último país de la lista también es un pequeño estado del Pacífico -seis de los nueve repasados lo son-. Tuvalu, en donde viven menos de 12.000 personas, tiene una superficie de 26 kilómetros cuadrados. Es más chico que Vicente López, el municipio más pequeño de la provincia de Buenos Aires.
Obtiene ingresos por sellos y postales. Y el 10% de su economía se explica por lo que recibe gracias a internet y su dominio superior geográfico, que es .tv. Es considerado el país menos visitado del mundo -solo llegan 2000 turistas por año-. Y el 65% de sus empleados son del sector público, por lo que tampoco parece ser un espejo para el plan económico de Javier Milei.



