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En un contexto de alza de las importaciones y el consumo que no repunta, cada vez más productos de las economías regionales se declaran en alerta por las dificultades para competir con los precios del exterior sin aranceles, mientras en la Argentina la presión tributaria no afloja.

Según el Vademécum tributario 2025 que publicó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) el 94% de la recaudación se sigue concentrando en diez tributos, en su mayoría de origen nacional.

A pesar de que el Gobierno eliminó el impuesto PAIS a fines de 2024, la carga de tributos se mantiene en 155 con un 85% de participación de los municipales, 45 de la órbita nacional y 25 provinciales. En cambio, para ingreso de productos del exterior el Gobierno flexibilizó la normativa y redujo considerablemente los aranceles.

En este contexto, para el mes de marzo de 2025, el semáforo de economías regionales que elabora Coninagro muestra solo 2 actividades con luz verde mientras que 10 se encuentran en amarillo y 7 encendieron el rojo en el tablero.

Algunas de las producciones como vino y mosto y la yerba mate ya acumulan 12 meses consecutivos en alerta; otras como algodón, forestal, granos y leche persisten en situación de advertencia en el último año.

En lo que va de 2025, el ingreso de carne vacuna dio un salto de 2089% hasta alcanzar las 4927 toneladas, mientras que el ingreso de cortes porcinos creció 435% (19.403 tm), según el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA).

Al mismo tiempo, se observa una caída de 30% en las exportaciones de carne vacuna congelada, cuyo principal destino es China.

En el primer cuatrimestre del año la importación de zanahorias aumentó 2.182% y la de tomate 870 %, con Brasil como gran beneficiario del incremento de compra de los argentinos.

En síntesis, según IDDA, las importaciones de alimentos sean intermedios o finales han crecido 152% entre junio de 2024 a abril. Esto significa el desprendimiento de 19 millones de dólares por mes, lo que permite estimar que el año terminaría con importaciones mensuales cercanas a los 500 millones, y un acumulado de u$s 4200 millones.

Aun así, tras 15 meses consecutivos en rojo, en abril, el consumo mostró una leve mejoría (0,1%) pero acumula una baja de 6,5 por ciento en el año, según Scentia.

En relación al efecto económico, desde IDDA indican que, al ingresar en el sistema argentino por lo general los precios de los productos se arbitran con el mercado local.

"Puede ser que en un inicio, como entran sin altos impuestos, aparezcan con precios más competitivos pero una vez que se destruyan las cadenas de producción locales los precios se van a emparejar", explicó un matarife y dijo que el kilo de carne congelada ingresa a u$s 2,5, en promedio. "imposible competir con la carga de impuestos locales", resaltó.

Semáforo en rojo

En el caso de las economías "en rojo" -algodón, arroz, cítricos dulces, mandioca, peras y manzanas, vino y mosto y yerba mate-, desde Coninagro explicaron que en muchos casos los precios han bajado o se atrasaron significativamente respecto a la inflación y a la suba de sus costos "en un contexto de exportaciones que no traccionan precios por un tipo de cambio apreciado y un consumo interno que durante gran parte del último año estuvo debilitado".

"Como consecuencia de la normalización en el pago de las importaciones, la apreciación cambiaria y la apertura comercial, también evolucionaron positivamente las importaciones", y en algunos casos "se sigue observando un fuerte aumento, agrega el informe.

Mientras algunas producciones todavía encuentran en la exportación un alivio para soportar la baja de consumo y la competencia externa, el fenómeno que genera el tipo de cambio afecta particularmente al arroz.