Larreta y Vidal asumen de hecho el rol de Peña al interior de Cambiemos

El jefe de gobierno y la mandataria bonaerense intervinieron en la "mesa chica" del Presidente para sacudir al espacio tras la debacle electoral. Aspiran a liderar el PRO más allá de diciembre.

El pedido de disculpas tras los exabruptos de su conferencia de prensa, el paquete de medidas anunciado para descargar las consecuencias irremediables de la devaluación, la renuncia de Nicolás Dujovne al Ministerio de Hacienda y su reemplazo por Hernán Lacunza, y la partida (¿temporaria o definitiva?) de Jaime Durán Barba del país a unas vacaciones obligadas tuvieron como protagonistas tras bambalinas al Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, desesperados por espabilar al Gobierno nacional tras la ignominiosa derrota que registró en las urnas, y cuyo principal responsable político, indican puertas adentro y en reserva, es más el estratega de la campaña, Marcos Peña, que el propio presidente Macri.

A pesar de los reclamos que distintos sectores del establishment lanzaron con reserva o a viva voz pidiendo la cabeza del ministro coordinador, Macri prefirió una vez más sostenerlo en el cargo. "Los ojos" del presidente -así lo definió alguna vez- siguen en Peña, pero la voz y las manos se trasladaron desde el 12 de agosto por la noche -tras una cena a puertas cerradas- a Larreta y Vidal, que cargan sobre sus hombros el costo político de los errores de la gestión nacional.

Larreta y Vidal se asumen a sí mismos como "la resistencia" al final político de esta experiencia lanzada hace 16 años, y de allí que aprovecharon la zozobra de la hora poselectoral para volver a sentarse a la "mesa chica" del presidente, donde fueron convocados esporádicamente durante el cuatrienio macrista solo cuando las condiciones macro se tornaban sombrías. Más de una vez chocaron con Peña ejerciendo de stopper e impidiendo el contacto directo con el presidente, y ahora toman revancha.

En Parque Patricios, sede del gobierno porteño, y en el Museo Ferroviario de Retiro -donde tiene su centro de comando Vidal- celebraron el pedido de disculpas del presidente, el pasado miércoles, y el anuncio de una batería de medidas para paliar la pérdida del salario real; reclamaron cambios en el gabinete, y enseguida empezaron a estudiar medidas propias que pretenden anunciar en los próximos días.

Hoy por hoy, Rodríguez Larreta aparece como el único referente del PRO capaz de sobrellevar la tempestad y reconfigurarse en líder de una oposición que tendrá su principal voz en el Congreso y su espada en la Ciudad. La gestión, una vez más, será su obsesión, en tanto ya prometió recoger a los desplazados. "Tarde o temprano, todos vamos a terminar trabajando para el pelado", se repite cada vez más al interior de la fuerza.

Vidal, por su parte, ya avisó que imprimirá a la carrera electoral su impronta a la espera de una derrota cuando menos digna. Su futuro en la política todavía es una incógnita sin resolver.

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