

Mientras el peronismo aún relame las heridas que le dejó la derrota electoral de noviembre y busca un nuevo rumbo opositor frente al Gobierno nacional, los principales referentes del espacio comenzaron a redefinir sus discursos y estrategias. Las diferencias internas, que se expresaron a lo largo del año en debates electorales, legislativos y de gestión, ganaron visibilidad pública y se proyectan sobre la discusión de fondo: cómo reconstruir una alternativa política con proyección nacional.
En ese contexto, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof encabezó este lunes un plenario del Movimiento Derecho al Futuro en la ciudad de Ensenada, donde reunió a más de 1.500 militantes y dirigentes. Allí trazó definiciones que excedieron el plano provincial y apuntaron a la necesidad de ampliar el armado político del peronismo, tanto en términos territoriales como conceptuales.

“Este movimiento nació desde el peronismo, pero tenemos claro que no alcanza solo con el peronismo ni con la provincia de Buenos Aires”, afirmó Kicillof. En la misma línea, sostuvo que el objetivo es “representar un horizonte de esperanza y justicia” y subrayó: “Hay que construir una alternativa nacional para sacar adelante a la Argentina”.
El gobernador planteó que la etapa actual exige algo más que una estrategia defensiva frente al oficialismo libertario. “No alcanza con resistir y cuidar, también hay que dar una perspectiva de futuro”, dijo, y agregó que es necesario transmitir “la certeza y la convicción de que existe otro camino y que lo vamos a construir codo a codo con todos los sectores”.
Uno de los ejes más sensibles de su mensaje estuvo vinculado a la discusión interna del peronismo y a la revisión de sus postulados históricos. “Tenemos las banderas y las convicciones de siempre, pero que no nos vengan a confundir: sabemos muy bien que hay que actualizarlas”, expresó Kicillof. Según explicó, esa actualización debe traducirse en “propuestas que estén a la altura de los desafíos del presente y del momento histórico”.

En su discurso también apareció una definición con fuerte carga política hacia el pasado reciente del espacio. “Venimos a convocarlos para construir una fuerza política que trascienda la provincia de Buenos Aires; vamos a mostrar que hay una alternativa y que no venimos a repetir la historia”, afirmó. Y completó: “Venimos a crear futuro: un futuro diferente y mejor para todo el pueblo”.
Las palabras del mandatario se producen en un momento de alta tensión dentro del peronismo bonaerense y nacional. A lo largo del año, las diferencias entre Kicillof y los sectores más cercanos a Cristina Fernández de Kirchner se profundizaron a partir de debates como el desdoblamiento electoral, la discusión del Presupuesto provincial, la autorización de endeudamiento y el control de fondos clave para los municipios.
En la Legislatura bonaerense, esas disputas derivaron en negociaciones complejas y cruces públicos y privados entre el oficialismo provincial y La Cámpora, con episodios que dejaron expuesta la fragilidad de los acuerdos internos. A la vez, el gobernador buscó consolidar su propio espacio político mientras enfrentó resistencias dentro de la coalición que integra.
En Ensenada, Kicillof también volvió a posicionarse como contracara del presidente Javier Milei y de su programa de ajuste. Recordó que su gestión actuó como “escudo y red” para proteger a los sectores afectados por las políticas nacionales, pero aclaró que esa etapa debía dar paso a una construcción más amplia. “Estamos acá reunidos para avanzar con la construcción de una alternativa sin sectarismos, sin dejar de hablar con los que piensan diferente y sin dejar de convencer”, sostuvo.
El plenario contó con la presencia de integrantes del gabinete provincial, legisladores, intendentes, representantes de organismos de derechos humanos y dirigentes sindicales.


