Guiño a la UCR: frenan la privatización de Transener

El Estado no venderá su parte en Transener al menos hasta las elecciones. El Decreto 882 había generado fuertes roces con el radicalismo.

La privatización del 26% de Transener que está actualmente en manos del Estado se encuentra frenada por lo menos hasta después de las elecciones. Así lo pudo confirmar en los últimos días El Cronista a través de fuentes oficiales y privadas vinculadas a la negociación.

La razón es que la devaluación del año pasado derrumbó el valor en dólares de la transportista eléctrica, así como a casi todas las empresas argentinas les pasó en 2018. Su venta en este momento podría en el futuro generarles fuertes dolores de cabeza a los funcionarios involucrados, con causas judiciales al por mayor.

Además, iniciaría una nueva ronda de conflictos con el radicalismo, pata clave de la alianza de Gobierno que se expresó desde un primer momento en contra de privatizar una parte de una compañía "estratégica" para el desarrollo energético.

La puesta en stand by de esta privatización asoma como un guiño a la Unión Cívica Radical (UCR), protagonista en estas semanas de reuniones para acercar la solución del relanzamiento de los Precios Cuidados.

A fines de octubre de 2017, hace ya casi un año y medio, el presidente Mauricio Macri y el entonces ministro de Energía, Juan José Aranguren, acordaron la firma del Decreto 882, que abrió el camino, entre otras cosas, para la privatización de las centrales termoeléctricas Brigadier López y Ensenada de Barragán, además de la venta del 50% de la firma Citelec que estaba en manos de Enarsa (ahora renombrada Ieasa).

Citelec, una empresa en la que el Estado nacional está asociada con Pampa Energía, controla el 52% de las acciones de Transener. Enarsa le había comprado en septiembre de 2016 el 50% de Citelec por u$s 27 millones a Electroingeniería, la compañía del empresario Gerardo Ferreyra, ahora preso por la causa denominada "Los Cuadernos de la Corrupción K".

El argumento oficial para la venta fue que el Gobierno compró Transener a unos u$s 0,50 por acción y buscó venderla cuando llegó a u$s 2,25. Los fondos que obtuviera el Estado serían destinados al Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses para financiar otros proyectos de infraestructura energética, como la ampliación de gasoductos o la construcción de uno nuevo para evacuar el fluido de Vaca Muerta.

Este dinero, como el que provenga de la privatización de la Central Térmica Brigadier López (otorgada a Central Puerto) y Ensenada de Barragán (desierta en su primera convocatoria), se sumaría al que desembolsen organismos internacionales como la OPIC.

Ahora la acción cotiza a unos u$s 0,90, con una baja mayor a 60% en 18 meses. Una fuente privada que participó en el proceso señaló que el Estado desistió momentáneamente de la venta. Cerca del Gobierno agregaron: "Nos arriesgamos a causas por precio vil e incumplimientos de los deberes de funcionario público".

Temas relacionados
Más noticias de Energía

Las más leídas de Economía y Política

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés