El Fondo Monetario Internacional (FMI) reemplazará a una pieza clave para las negociaciones con Argentina. Este se suma al retiro de una funcionaria que planteó dudas sobre el último acuerdo con Argentina. Además, Estados Unidos sumaría un apoyo fundamental.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, anunció que nombrará a Nigel Chalk como director del Hemisferio Occidental del organismo.
Pero, además, comenzó a resonar el desembarco de la mano derecha del Tesoro del gobierno de los Estados Unidos, Scott Bessent, en ese puesto.
Según reveló el Financial Times, Dan Katz, quien es hoy el jefe de Gabinete de Bessent, se convertiría en el segundo de Georgieva en el FMI.
El cargo del subdirector fue tradicionalmente ocupado por funcionarios más afines a Estados Unidos.

La llegada de Katz es más que una buena noticia para Argentina. Es que Bessent, horas después del anuncio de la suba de aranceles de Estados Unidos que sacudió al mundo, decidió visitar el país para renunirse con Milei y Caputo, y esbozó que, en caso de necesitarlo, Estados Unidos respaldaría financieramente a Argentina.
Así habilitó las dudas sobre una línea de financiamiento directo el Tesoro disponible para otros países. Fue utilizada, por ejemplo, con México poco después de la crisis del tequila.
La salida de Valdés
Chalk -director del Departamento Occidental, que supervisa a Argentina- asumirá su cargo a partir del 27 de octubre próximo, luego de las reuniones anuales que el FMI llevará a cabo desde el 13 de octubre en Washington, y donde asistirá el ministro de Economía, Luis Caputo.
Quien ocupaba ese cargo de manera oficial era el chileno Rodrigo Valdés, quien había sido acusado por el presidente Javier Milei de haber tenido una mala intención con Argentina y de formar parte del Foro de San Pablo, un espacio de partidos y grupos políticos vinculados a la izquierda latinoamericana.
Además, había deslizado que, como jefe de la misión Argentina, había actuado en complicidad con el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, y de tener una "mala intención manifiesta" y no querer que le "vaya bien" al país.
Meses después de esta crítica, Valdés fue desplazado de las negociaciones con Argentina y luego del departamento del Hemisferio Occidental y trasladado al Departamento de Asuntos fiscales. Desde entonces, el departamento había quedado a cargo de tres economistas: Luis Cubeddu, Ashvin Ahuja y Bikas Joshi. Este último encabezó la misión que visitó el país a finales de junio, antes de la primera revisión del programa, que ya se había pospuesto para julio.
Quién es Chalk
Chalk, de nacionalidad inglesa, lleva más de tres décadas en el organismo. Desde el FMI destacaron su "visión estratégica y liderazgo sereno".
"La amplia experiencia, el buen juicio y la firmeza de Nigel nos han guiado a muchos de nosotros a través de desafíos complejos", dijo Georgieva.
Chalk ya participaba en el Departamento del Hemisferio Occidental, en el área de Recursos Humanos, desde 2014.
El caso argentino no es nuevo para él, ya que ha supervisado los préstamos de este país anteriormente. En su nuevo rol, también tendrá a cargo los vínculos con países como Brasil, Canadá, Ecuador, México, entre otros.
Chalk fue también director interino y jefe de la Misión para Estados Unidos. En el sector privado se desempeñó como director general y jefe de investigación para Asia en el Banco Barclays.
Más cambios
Una semana atrás, Georgieva anunció también que Ceyla Pazarbasioglu dejará su cargo como directora del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación (SPR) desde el primero de noviembre.
El organismo del que estaba a cargo era el responsable de las evaluaciones de los programas. Fue subdirectora del Departamento Europeo y jefa de Misión para Ucrania antes de convertirse en Subdirectora del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital.
El departamento de Pazarbasioglu fue quien advirtió sobre la exposición del FMI a Argentina. Fue su segundo, Mark Flanagan, quien firmó la advertencia.
Los comentarios del departamento de Estrategia advertían que la capacidad de pago argentina dependía críticamente de las proyecciones de aumento de las reservas y de los grandes volúmenes de entrada financiera.
Además, planteaban que había "riesgos excepcionales para la capacidad de pago de Argentina" y que el aumento de la exposición del Fondo planteaba riesgos financieros únicos para el organismo.
"Se espera que los riesgos aumenten en los próximos años a medida que aumenten las obligaciones de servicio de la deuda cambiaria de Argentina. A pesar de la reducción de los pagos de deuda tras la reciente reforma de la política de cargos y recargos del Fondo, los riesgos de atrasos con el Fondo no son insignificantes dadas las obligaciones de recompra que comienzan en septiembre de 2026, al mismo tiempo que se están cumpliendo importantes obligaciones de servicio de la deuda cambiaria con tenedores de bonos privados", concluyó el departamento del Pazarbasioglu.
Un guiño de EE.UU.
Otra renuncia fundamental fue la de la subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath, quien dejó su cargo para regresar a su carrera académica. Gopinath estuvo siempre involucrada en los programas argentinos, dado que el país es el mayor deudor del organismo.
La llegada de Katz a ese espacio puede ser leída como un fortalecimiento para Argentina. La visita de Bessent en medio del conflicto desatado por los aranceles y su explicitación de que Estados Unidos podría apoyar financieramente a Argentina, alimentan las expectativas de negociaciones favorables para el país ante el FMI con el desembarco de su mano derecha.
Si bien no hubo grandes avances sobre el financiamiento directo de Estados Unidos, esa línea no fue descartada y recuperó el centro de la escena en medio de la volatilidad desatada en los últimos meses y los cuestionamientos sobre la capacidad de acumular dólares del Banco Central y el Tesoro, manteniendo además las bandas de flotación cambiaria.
La llegada de Katz también implica un acercamiento del FMI y la gestión Trump, que había criticado al organismo por alejarse de su mandato. Cabe recordar que Estados Unidos es el principal accionista del FMI.
Desde Financial Times destacaron que Katz fue una pieza clave en la negociación con Ucrania y quien consiguió que Estados Unidos ganara participación en la minería de minerales críticos de ese país.





