El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente Javier Milei se reunirán con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, este miércoles en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El equipo argentino viene de una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
El encuentro con Georgieva se da a la espera de las definiciones de Bessent sobre qué tipo de financiamiento se dará a Argentina para controlar la volatilidad vivida tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires y de cara a las elecciones legislativas de octubre.
El FMI celebró el respaldo que había anticipado Bessent. El respaldo no fue menor, ya que una de las alternativas es que la asistencia del Tesoro se canalice a través de Derechos Especiales de Giro (DEG), la unidad de cuenta que usa el FMI para sus préstamos.
Otro dato no menor es que quien fuera jefe de Gabinete de Bessent, Dan Katz, asumirá el 6 de octubre como subdirector gerente en el FMI, el cargo que hasta hace poco ocupada Gita Gopinath, y puesto usualmente seleccionado por Estados Unidos.
En Economía, la postura con el Fondo es de agradecimiento: el organismo multilateral elogió las reformas económicas argentinas en decenas de ocasiones, dándole aire a Caputo. El FMI cumplió varios pedidos especiales del gobierno argentino. Por ejemplo, que en el último préstamo de u$s 20.000 millones hubiera un adelanto de u$s 12.000 millones.
Bessent había criticado el rol del organismo por presuntamente haberse desviado de sus tareas de financista de última instancia y como asistente a la estabilidad financiera de los países. La llegada de Katz es una señal de que el FMI podría cambiar de rumbo.

Uno de los temas sobre los que el FMI no se definió es la venta de reservas. El acuerdo explicitaba que el Gobierno debía acumular reservas. Días después dijeron que no estaría allí la prioridad y que el Tesoro lo haría. Previo a las elecciones, el Tesoro anunció que comenzaría a vender dólares, o "aportar liquidez" al mercado cambiario para contribuir con su normal funcionamiento.
Lo cierto es que gran parte de las reservas líquidas responden al préstamo del FMI, que en su estatuto especifica que los países miembros no podrán vender grandes cantidades de los fondos que les fueron enviados.
En el Gobierno temen que la línea "técnica" del FMI critique este aspecto, el de la acumulación de reservas. Y que haya algún "reproche" en lenguaje técnico y cordial.
Una carta a favor del Gobierno es que, si bien no está especificado, se estima que el FMI estaría cómo con ventas de hasta el 15% del préstamo, cercano a los u$s 2000 millones. Hasta ahora, la entidad monetaria solo vendió u$s 1110 millones, ya que desde el lunes el dólar abandonó el techo de la banda.
Nuevos apoyos
Al igual que ocurrió en abril, cuando Argentina firmó el acuerdo con el FMI por u$s 20.000 millones (que derivó en desembolsos por u$s 14.000 millones en lo que va del año), otros organismos multilaterales se sumaron al respaldo a Argentina.
El Grupo Banco Mundial anunció que acelera su apoyo a Argentina y aportará u$s 4000 millones en los próximos meses "en respaldo de la agenda de reformas y crecimiento a largo plazo".
La asistencia del grupo será con financiamiento para el sector público con inversión y movilización del sector privado.
"El paquete apuntará a apoyar motores clave de competitividad: potenciar la minería y los minerales críticos; impulsar el turismo como fuente de empleo y desarrollo local; ampliar el acceso a la energía; y fortalecer las cadenas de suministro y el financiamiento a las pymes", destacaron desde el organismo.
Este anuncio forma parte del paquete de apoyo de u$s 12.000 millones que había anticipado el organismo en abril y "refleja la firme confianza en los esfuerzos del gobierno para modernizar la economía".
En el mismo sentido, el BID anunció que "trabaja para expandir de manera significativa sus operaciones en los próximos 15 meses en la Argentina para incrementar su respaldo al país" y que este año sumará inversiones por u$s 3900 millones entre el sector público y privado.




