Empresas reclaman que el ATP 7 amplíe el subsidio para el pago de salarios

Editoriales, industrias gráficas, distribuidoras y librerias pidieron no ser excluidas de la ayuda estatal, que ahora queda restringida a actividades muy afectadas. El Gobierno avisó que acotará el gasto del Programa.

La decisión del Gobierno de restringir el gasto del Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) diseñado para sostener en pie a las compañías afectadas en su facturación por las restricciones aplicadas por la pandemia de coronavirus cayó como un baldazo de agua fría para muchas compañías que, ahora, temen que no podrán afrontar el pago de los sueldos de octubre, por abonar en los próximos días, si se los excluye del salario complementario.

El "caballo de batalla" del programa, continuará desde ahora y hasta fin de año solo para empresas de sectores rotulados como "críticos", por no haber logrado reabrir o bien por una demanda deprimida. Las contempladas son aquellas que declaran ante la AFIP actividades ligadas a la cultura, entretenimiento, turismo, gastronomía, espercimiento, transporte de larga distancia, salud, peluquerías y jardines maternales, según pudo saber este diario por fuentes oficiales.

El resto de las empresas pertenecientes a actividades con facturación afectada podrán continuar valiéndose de otros instrumentos del programa. Sin embargo, eso no parece conformar a muchos que se habían acostumbrado a sortear el estrés financiero de comienzos de mes con los pagos que ejecuta la ANSeS.

Horas después de oficializarse las condiciones de acceso al ATP 7, las cámaras que agrupan a editoriales, industrias gráficas, distribuidoras y librerias reclamaron formalmente al ministro de Cultura, Tristán Bauer, que se los incluya en el subsidio a los salarios, teniendo en cuenta que "la producción y comercialización de libros tiene una variación interanual negativa" y las bocas de expendio, de las cuales depende toda la cadena, no logran recuperar las ventas.

El presidente de la Cámara Argentina del Libro, Martin Gremmelspacher, dijo a este diario no haber recibido señales claras de las autoridades, y auguró que "de no ser incluidos en el ATP, habrá un daño tremendo para el sector", porque "cerca del 85% del sector está recibiendo la ayuda del Estado".

En una situación similar aparecen otras actividades que quedaron excluidas del salario complementario en el ATP: comercio, industria,  construcción, ciertos sectores de la enseñanza privada, servicios profesionales e informáticos, pero en especial actividades de otros sectores, como las asociaciones mutuales, profesionales y civiles, consorcios de propietarios, inmobiliarias y hasta cultos.

La semana pasada, el gabinete económico puso coto al estipendio estatal.
En la senda de bajar el gasto

Desde el Gobierno descartaron abrir el grifo de la ayuda cuando el objetivo primordial está en "concentrar los esfuerzos fiscales en aquellos sectores donde aún se observan niveles de actividad muy alejados de aquellos observados en la prepandemia". Con menor rigor técnico, hay quienes desdramatizan y entienden que se trata de una habitual presión de sectores que no quieren perder un beneficio que, desde un comienzo, se anunció por tiempo limitado.

La decisión fue adoptada a sabiendas de que el ministro de Economia, Martín Guzmán, preparaba un torniquete al gasto y que supondrá hasta fin de año evitar los adelantos transitorios del Banco Central como mecanismo de financiamiento y, antes bien, optar por tomar deuda en el mercado local, en pesos, en una senda contractiva del déficit.

Por eso, el gabinete económico sugirió mantener la ayuda para empresas de sectores que pudieron reabrir, pero bajo el formato de créditos subsidiados reconvertibles en créditos fiscales, siempre y cuando se mantengan o amplíen las plantillas de trabajadores.

Para las empresas pertenecientes a sectores no críticos que observen alguna particularidad que no pueda ser atendida a través del crédito subsidiado, la mesa económica del Gobierno recomendó migrar a otro tipo de programas de asistencia, como puede ser el Programa de Recuperación Productiva (Repro), que estipula  una suma fija mensual remunerativa de hasta un salario mínimo por trabajador, por un plazo de un año. Otras particularidades, sugieren los funcionarios, deberán definirse "con un análisis más a fondo" y yendo "caso por caso".

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