Aunque avezados en los vaivenes de la economía argentina y acostumbrados a hacer negocios en entornos desfavorables, los empresarios encendieron alarmas ayer cuando el dólar trepó a $ 23 y, sobre todo, cuando el Banco Central subió 300 puntos las tasas a siete días, por segunda vez en tres días.

La velocidad de los movimientos los puso en alerta y, según los testimonios recogidos por El Cronista, desató una suerte de sorda demanda de señales claras y conduntentes por parte del Gobierno. Tanto fue así, que las cúpulas de las entidades del Grupo de los 6 convocaron a una reunión para la semana próxima para analizar los efectos en la actividad.

"Vemos con preocupación estos cambios bruscos, que en pocos días diferentes variables se disparen, por un lado, el tipo de cambio que, obviamente, alimenta la inflación, y por otro lado, la tasa de interés que sube drásticamente, con lo cual también complica el financiamiento de las empresas", aseguró Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco).

La Camarco, la Bolsa de Comercio, la UIA, la Cámara de Comercio, la Rural y Adeba harán un análisis de la nueva situación. Después de expedirse sobre el debate sobre las tarifas esta misma semana, en respaldo del Gobierno.

"Todos los actores están preocupados" por la situación, reconoció el empresario, particularmente sensibilizado por los impactos probables en la obra pública, principal herramienta reactivante del Gobierno.

"Empieza a haber tensiones porque aumentan los costos de obra y hay que ver después cómo repercute en las redeterminaciones de precios": También indicó que ¿"la tasa de interés altamente positiva es complicada para el desarrollo diario de las empresas".

Por su parte, un empresario siderúrgico confió a El Cronista su extrema preocupación por el impacto del nuevo escenario en la actividad. "Particularmente me preocupa menos el problema de la inflación o el tipo de cambio y sí me preocupa mucho el nivel de actividad, porque de ahí cuesta mucho volver", en consecuencia "habrá que estar muy atentos para ver qué pasa en los próximos días".

El empresario reconoció que estos movimientos en parte son el riesgo de haber elegido un camino de libre mercado (cambiario), pero "da la sensación de que más que medidas aisladas, en algún momento habrá que analizar si no es la oportunidad de (diseñar) un plan económico más integral".

Para Mario Grinman, secretario de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, "lo que preocupa no es la escalada o la devaluación, sino la velocidad con que está subiendo el dólar". Explicó que el alza de la divisa "incide más o menos en el 20% del costo de la mercadería para el comercio", una situación bien distinta a que la de los sectores exportadores, que se benefician con la suba del tipo de cambio. Y especuló con "el impacto negativo que habría tenido la conferencia de prensa del 28 de diciembre en la credibilidad en la independencia del Banco Central".