Empresarios dicen que para vivir con lo nuestro precisan ayuda

La foto que tomó el Gobierno del último informe del Indec respecto del intercambio comercial de la Argentina, tiene algunos aspectos que se encuentran dentro del camino que pretende trazar.

El intercambio comercial cerró en julio con un superávit de u$s 1.476 millones, un alza de 55% respecto de igual mes del año pasado. Esto se dio luego de que se registraran exportaciones por u$s 4.903 millones, un 16% menos que en julio del año pasado, e importaciones por u$s 3.427 millones, con baja del 30% interanual.

La idea del Gobierno en este sentido es que esa tendencia se haga todavía más fuerte. Que las empresas tengan cada vez menos necesidad de importar productos, y que amplíen su capacidad exportadora.

Y quien primero deberá amoldarse a esta nueva realidad es el sector automotriz, que ya tiene las conversaciones muy adelantadas en este sentido con el ministerio de Desarrollo Productivo. Pero luego esa política se extenderá a otras industrias.

Las compañías, muchas veces reacias a este tipo de cuestiones, entienden la necesidad el Gobierno. Están dispuestas a escuchar, pero advierten sobre las complicaciones y necesidades que tienen sobre este tema.

Lo primero que exponen sobre la mesa es la importancia que tendrá, en momentos tan recesivos como el actual, contar con apalancamiento financiero para hacer frente a las necesidades que surjan, como la incorporación de personal, tecnología o una posible ampliación de una planta para mejorar la capacidad productiva.

Así, en el listado de necesidades de los empresarios aparecen los créditos blandos, una forma de poder poner en práctica la idea oficial.

"En este momento para muchas industrias, y en particular algunas empresas, pensar en hacer esto con fondos propios, es sencillamente imposible. Desde ya que apoyamos las necesidades del Gobierno. Pero al mismo tiempo tenemos que contar con los recursos correspondientes", sostuvo a El Cronista uno de los referentes de un sector que hoy tiene una importante veta importadora.

La otra cuestión a la que hacen referencia los industriales es la mejora de las condiciones internas, que permita a proveedores locales mantenerse en la Argentina. "Lo que no producimos nosotros lo tenemos que comprar. Y si no hay en la Argentina lo tenemos que traer de afuera. Si no se asegura el abastecimiento interno, es muy complicado responder al pedido del Gobierno", señaló otra fuente.

Esto es lo que pasa justamente con el sector automotriz. Hoy ya la participación de los componentes nacionales en los vehículos apenas araña el 20%, y por esto es el primer apuntado por el Gobierno. Pero entre 2009 y hoy, según AFAC -la cámara de los autopartistas- nada menos que 47 firmas dejaron la actividad en el país.

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