

La evolución del empleo volvió a convertirse en uno de los principales focos de tensión para el Gobierno. Junto con los datos de consumo que no levanta, y que desafian el relato oficial sobre la magnitud de la caída de la pobreza y el impacto de la desinflación, las cifras de empleo registrado privado se consolidan como otro dolor de cabeza para la Casa Rosada.
La narrativa libertaria sostiene desde el inicio de la gestión que el achicamiento del Estado, la baja del gasto público y la desregulación del mercado laboral debían favorecer el crecimiento económico y, como consecuencia, impulsar el empleo privado registrado, al que el propio oficialismo define como empleo “de calidad”. Sin embargo, los datos oficiales muestran que la destrucción de puestos de trabajo formales en el sector privado continúa y se profundizó, mientras avanza, como contracara, el monotributismo.
Este escenario adquiere mayor relevancia en momentos en que comienza a discutirse en el Congreso el proyecto de reforma laboral impulsado por el Poder Ejecutivo. Para el Gobierno, la iniciativa encierra la promesa de facilitar la creación de empleo formal y reducir costos laborales. Para sectores de la oposición y del sindicalismo, en cambio, el proyecto recorta derechos y, en los hechos, tiende a “legalizar” un esquema de mayor precarización, con el monotributo como figura central.
Según datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el empleo asalariado registrado en el sector privado perdió 49.000 puestos de trabajo entre junio y septiembre de 2025. En ese cuatrimestre, el empleo mostró variaciones mensuales negativas del orden del -0,2%. En septiembre, el número total de trabajadores asalariados privados se ubicó en 6,198 millones de personas y la variación mensual volvió a ser negativa, con una baja de 10.600 puestos respecto de agosto, equivalente a un retroceso del 0,2%.
La contracción se profundizó luego de un período de estancamiento que marcó los primeros meses de 2025, cuando el empleo alternó subas y bajas leves, pero se mantuvo en niveles similares a los de diciembre de 2024.
Un informe de la consultora LCG precisó que septiembre acumuló el cuarto mes consecutivo de caída del empleo registrado. La consultora señaló que la baja mensual total alcanzó los 10.690 puestos y que “la reducción se explicó casi totalmente por el empleo asalariado privado”, que retrocedió en 10.606 trabajadores en el mes y acumuló una pérdida cercana a los 49.000 puestos en cuatro meses. De acuerdo con ese relevamiento, la industria explicó el 40% de la caída mensual y el comercio aportó otro 30%.
LCG también subrayó un rasgo que se repitió desde comienzos de año: el monotributo fue el único componente del empleo registrado que mostró crecimiento. En septiembre, la cantidad de monotributistas aumentó en 7.588 personas, más que compensando la caída de autónomos y de monotributistas sociales. Esa dinámica refuerza la lectura de que parte del ajuste del mercado laboral se canalizó hacia formas de inserción más precarias.

Sectores con mayor destrucción de empleo
El detalle sectorial de septiembre mostró una evolución heterogénea, aunque con predominio de números en rojo. Seis sectores redujeron el número de trabajadores asalariados privados. Las mayores caídas se registraron en Explotación de minas y canteras (-0,7%), Industrias manufactureras (-0,4%), Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-0,3%), Transporte, almacenamiento y comunicaciones (-0,3%), Comercio y reparaciones (-0,2%) y Construcción (-0,2%). En contraste, solo tres sectores lograron incrementos: Pesca (+3,5%), Suministro de electricidad, gas y agua (+0,1%) y Enseñanza (+0,1%).
En la comparación interanual, el empleo asalariado privado también mantuvo un balance negativo. Frente a septiembre de 2024, se contabilizaron 25.900 trabajadores menos, lo que implicó una caída del 0,4%.
Un fenómeno extendido a nivel provincial
La contracción del empleo formal privado se replicó en la mayoría del país. Diecisiete de las veinticuatro jurisdicciones registraron bajas en septiembre. Las provincias más afectadas fueron Tierra del Fuego y Misiones, ambas con caídas del 1,2%, seguidas por Corrientes (-1,0%) y Mendoza (-0,7%). Solo siete jurisdicciones mostraron variaciones positivas, encabezadas por Chubut (+1,0%), Catamarca (+0,4%) y Santiago del Estero (+0,3%).
La mirada del CEPA: empresas que cierran y empleo que se pierde
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), de filiación kirchnerista, profundizó el diagnóstico y amplió el horizonte temporal del análisis. Según ese trabajo, entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025 se redujo la cantidad de empleadores con trabajadores registrados en 20.134 casos, lo que equivalió a unas 30 empresas menos por día.
El retroceso se concentró en sectores intensivos en empleo, como transporte y almacenamiento, comercio, industria manufacturera y construcción.
En el mismo período, la cantidad total de trabajadores registrados en unidades productivas cayó en 280.984 puestos, un descenso del 2,85%, lo que implicó una pérdida promedio de casi 420 trabajadores por día desde la asunción de Javier Milei.

En términos absolutos, la mayor destrucción de empleo se observó en la administración pública, seguida por la construcción y la industria manufacturera. En términos relativos, la construcción encabezó las caídas, con una baja del 16,2% en la cantidad de trabajadores registrados.
El informe del CEPA también destacó que la mayor parte de las empresas que dejaron de tener empleados fueron firmas de hasta 500 trabajadores, mientras que la expulsión de puestos de trabajo se concentró, en mayor medida, en las empresas de gran porte.

Reforma laboral y debate abierto
Este panorama se superpone con el inicio del debate parlamentario por la reforma laboral impulsada por el Gobierno. Desde el oficialismo sostienen que los cambios propuestos crearían incentivos para la formalización y la generación de empleo en blanco. Desde una visión más cauta, LCG advirtió que, aun con la reforma, “el impacto sobre el empleo formal será marginal” si la actividad no logra repuntar y si el crecimiento no alcanza a los sectores con mayor capacidad de generación de puestos de trabajo






