ANÁLISIS

"El panorama más oscuro de la historia": el informe que marca el tremendo pesimismo del campo

Un nuevo informe realizado por CREA registró una de las caídas más fuertes en la confianza del agro hacia el Gobierno y el panorama a futuro no parece positivo: las razones.

Luego de los sucesivos cambios observados en el Gobierno, con el paso de tres ministros de Economía en poco más de un mes y la reorganización del Gabinete Nacional, la confianza del sector agropecuario en la gestión de Alberto Fernández es de las más bajas en la historia.

Así lo indica el nuevo Reporte de Actualidad Agro realizado por CREA, el cual releva el Índice de Confianza del Empresario Agropecuario (ICEA): según el análisis, en el último trimestre el ICEA registró la caída más grande desde noviembre del 2019.

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Con solo 31,6 puntos de confianza, el impacto se profundizó en el mes de julio de 2022 con la vorágine causada por la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía, la designación de Silvina Batakis, su posterior salida y la llegada de Sergio Massa como "superministro", a cargo también de Agricultura y Producción.

Tal como indican desde CREA, la certidumbre de que las condiciones futuras del sector serán mejores marcó su mínimo histórico desde que el indicador comenzó a relevarse a fines del 2012. 

De esta forma, "el impacto en la percepción de los empresarios sobre la situación económica del país" se encuentra en su punto más bajo, con poca proyección positiva a futuro.

El impacto en la percepción de los empresarios sobre la situación económica del país se encuentra en su punto más bajo.

Así, los más de 2000 empresarios del agro nucleados en CREA "no están ajenos al contexto de incertidumbre que vive el país, caracterizado por una importante aceleración inflacionaria y una brecha cambiaria muy elevada".

PANORAMA PREOCUPANTE: las razones por las que el agro se proyecta negativo

Consultados sobre si este es un buen punto para invertir en el agro o no, las respuestas de los empresarios del sector indicando que es un mal momento superaron a las positivas por primera vez desde el inicio de la pandemia.

Un 35% de los consultados indicó que este no es un buen momento para invertir en el agro, otro 32% manifestó que le resulta "indistinto" y un 34% respondió que es un buen momento.

Por otro lado, el informe remarca que los buenos precios de los productos agrícolas a nivel internacional a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania "no llegan a reflejarse en las cotizaciones locales".

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Esto se observa en la caída constante del porcentaje del precio internacional que finalmente percibe el productor: en promedio para este año, la ganancia final fue de un 42% para el trigo, un 45% para el maíz y un 34% para la soja sobre el precio internacional.

"De este modo, se verifica una merma en los ingresos (en pesos y en dólares), que condiciona la toma de decisión, tanto de corto como de largo plazo", explican desde CREA.

Este panorama se agrava con el encarecimiento de ciertos insumos como los fertilizantes: "Algunos insumos son más caros en Argentina que en otros países exportadores de granos, quitándole competitividad a nuestros productores", subraya el informe.

Así, y pese a que "las cadenas agroindustriales mantienen un importante flujo de ingreso de divisas al país", la capacidad de compra que tiene el productor agropecuario argentino "se ve condicionada por el contexto local" que limita las exportaciones con la reducción de incentivos para la siembra del trigo y el maíz. 

 La capacidad de compra del productor agropecuario argentino se ve condicionada por el contexto local.

"En Argentina, con una tonelada de soja o de maíz, se logra adquirir menos volumen de urea (fertilizante nitrogenado) que en países agrícolas competidores", explica el análisis de la entidad. Y detalla: "El poder de compra de la soja es -35/-50% y el de maíz -20%/-40%".

La conclusión más preocupante de este contexto es que actualmente se está poniendo en riesgo la "viabilidad de una importante cantidad de superficie", específicamente de un 65% de soja y de un 79% de maíz.

Frente a esto, y de cara a la campaña de siembra 2022/2023, los productores están aplicando "estrategias defensivas y de bajos costos" entre las que se cuentan el reemplazo de herbicidas y fertilizantes -aplicado por un 23 y un 20% de las empresas respectivamente- o la disminución del uso de fertilizantes, estrategia que considera aplicar un 29% de los consultados.

"Así, en una primera aproximación, la menor capacidad de pago del productor impactaría en la producción y en la sostenibilidad de los sistemas", esbozan desde CREA. 

"El incremento de costos, tanto para los que cotizan en dólares (fertilizantes especialmente) como en pesos, las distorsiones financieras y comerciales, y un panorama climático que no acompaña, llevan a cambiar planteos productivos (reemplazo de insumos y variación de cantidades) y a proyectar resultados económicos 22/23 ajustados, especialmente para las gramíneas", concluye el informe que explica por qué los empresarios del agro ven el panorama a futuro más negativo de la historia.

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