La Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) destacó la nueva declaración jurada obligatoria para los molinos de trigo que implementó la Dirección Nacional de Control Agropecuario, a cargo de Matías Canosa, para desalentar la informalidad que supera los $200.000 millonesal año.
Este sistema, que cruzará información con la Agencia de Recaudación (ARCA) fue trabajado entre sector público y el privado, para modernizar la fiscalización de la industria utilizando datos y tecnología pero "sin incrementar el tamaño del Estado", indicaron desde FAIM.
"Este nuevo esquema nos permitirá conocer en detalle la situación de la industria, incorporando tecnología para dimensionar y combatir la informalidad", explicó Diego Cifarelli, titular de la federación molinera y señaló que es un objetivo compartido "plenamente" con la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP).
La iniciativa, busca optimizar la fiscalización del sector, logrando un control más preciso y menos burocrático, con el fin de fortalece la lucha contra la evasión y la competencia desleal en la cadena triguera que, en 2024 afectó el 14% de la producción.

En los últimos 15 años el sector molinero creció al pasar 80 a 150 molinos; si bien se amplió la capacidad de molienda de trigo, un insumo básico en la mesa de los argentinos, a la par creció la actividad informal.
En 2024, la molienda de trigo en la industria argentina alcanzó las 6.248.266 toneladas y, de ese total, cerca de un millón fueron al canal informal, por el equivalente a $ 199.400 millones. Por su parte, la evasión fiscal estimada asciende a $ 28.485 millones pero se eleva a más de $260.000 millones a lo largo de la industrialización.
Cruce de datos
Según explican desde la industria, cada molino cuenta con un controlador que se equipara con la función de la "caja negra" ya que cuenta en tiempo real y online, la cantidad de granos de trigo que van cayendo.
Ahora, si ese movimiento no es compatible con la cantidad de energía que se va consumiendo, con las vibraciones que genera el propio proceso de molienda, se disparan alarmas que dan cuenta de alguna anormalidad en el proceso de molienda.
La nueva herramienta digital, permitirá recabar información detallada de los molinos. Por un lado, se solicitarán datos técnicos de producción, sobre la maquinaria y el proceso productivo. Esto permitirá a las autoridades cruzar datos de consumo energético con el volumen de molienda declarado, usando herramientas de inteligencia de datos para detectar posibles inconsistencias.

Al mismo tiempo, los molinos deberán indicar el nombre de la persona a cargo de la calibración y el mantenimiento de la balanza de trigo. Este punto es de especial relevancia, ya que en inspecciones recientes se han encontrado balanzas alteradas.
El sistema no solo recopilará datos, sino que también funcionará con alertas automáticas para notificar sobre desvíos en los parámetros declarados. Toda la información será cruzada con otras fuentes para identificar irregularidades.
Según FAIM, a través de la industrialización el millón de toneladas informales se transforman en harina y afrecho con un valor total de $285.000 millones y $34.750 millones, respectivamente.
Esto significa que alrededor del 13,8% de la producción de harina y afrecho en Argentina sería realizada de forma informal, según los cálculos con los resultados de molienda de 2024.
Teniendo en cuenta la segunda industrialización, según FAIM, "la evasión total estimada desde la venta de trigo hasta la comercialización de productos farináceos finales alcanzaría, la suma de $269.000 millones a valores de febrero de 2024".
Según Fundación FADA, la cadena de trigo genera 413.730 puestos de trabajo, y es la tercera que más empleo da dentro de las cadenas agroindustriales.



