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El vocero presidencial, Manuel Adorni, informó este viernes que la empresa Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) será privatizada para "modernizar el sector, mejorar el precio y la calidad del servicio".

La medida, enmarcada en la habilitación que la Ley Bases le dio al Gobierno para declarar como "sujetas a privatización" a diversas empresas estatales, implicará la incorporación de "capital privado, mediante la transferencia del 90% de las acciones de la empresa", informó el funcionario.

Así, la empresa encargada de proveer los servicios de agua y cloacas para la Ciudad de Buenos Aires y 26 partidos del Conurbano bonaerense dejará de estar en manos estatales tras un proceso "mixto" de venta.

Este combinará una licitación pública nacional e internacional para elegir un "operador estratégico" que se haga cargo del negocio, junto a una "oferta pública inicial para abrir el capital de la empresa a otros inversores", según el vocero.

Se trata de la segunda vez en la historia de la compañía que inicia un proceso de privatización: en 1993, el expresidente Carlos Menem vendió la empresa, que pasó de llamarse Obras Sanitarias de la Nación a Aguas Argentinas, mayormente al grupo francés Suez.

Más tarde, y en el marco de un proceso judicial por la venta de AySA a menos de una quinta parte de su valor real, Néstor Kirchner la reestatizó: así, en 2006, el 90% de esta pasó a manos del entonces Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, renombrada Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA).

Ahora, el Gobierno de Javier Milei planea volver a venderla en un momento clave para el negocio, ya que AySA mostró en 2024 un superávit por ejercicio de $ 48.288 millones, la primera vez desde 2007 que alcanza este hito.

Según detallaron en su momento desde la proveedora de agua, esto se logró "gracias a la implementación de una adecuación tarifaria y a un programa de mejora de cobrabilidad y regularización de deudas". Además, se redujeron los gastos de explotación.

A esta revalorización de AySA es a la que busca subirse el Gobierno al hacer uso de la posibilidad de privatización que habilitó la Ley Bases para la compañía, luego de la cual se abrió "un proceso de reestructuración y reorganización orientado a fortalecer su posición financiera, optimizar recursos y mejorar la eficiencia operativa".

La venta, según Adorni, busca "modernizar el sector, mejorar el precio y la calidad del servicio" tras 16 años de pérdida (del 2007 al 2023) que "erosionaron" sus funciones: la justificación del Gobierno.

El Gobierno privatizará AySA: su justificación y qué va a pasar

Tal como informó el vocero presidencial Manuel Adorni este viernes, la empresa estatal Agua y Saneamientos Argentina (AySA) comenzará un proceso de venta para volver a manos del sector privado por primera vez desde 2006.

Para ello, se llevará a cabo un proceso "mixto" que incluirá una licitación pública nacional e internacional para elegir un nuevo "operador estratégico" que se haga cargo del negocio, junto a una "oferta pública inicial para abrir el capital de la empresa a otros inversores", según el vocero.

Además, aclaró que se mantendrá la presencia de los empleados de AySA como sus accionistas, "dentro del programa de propiedad participada actualmente vigente, el cual representa el 10% del capital social de la empresa".

El proceso, que se iniciará este mismo viernes, según el vocero; será regulado y supervisado por la Comisión Nacional de Valores (CNV).

El Gobierno fundó la decisión en el déficit que la estatal reflejó entre 2006 y 2023, 16 años en los que el Estado se vio obligado a sostener los gastos estructurales de la compañía, algo que solo se revirtió el año pasado con un importante ajuste en las tarifas y otras medidas que habilitaron finalmente un superávit operativo.

"Desde su reestatización en 2006, AySA requirió aportes permanentes del Tesoro Nacional, totalizando más de u$s 13.400 millones hasta el 2023", manifestó el vocero este viernes en conferencia de prensa.

Y prosiguió: "En ese sentido, indicadores clave muestran que hubo un fuerte deterioro en la estructura de la empresa, en los costos operativos, donde por ejemplo la dotación creció un 90% durante la gestión estatal; y en el nivel de morosidad por parte de los usuarios, que alcanzó el 16% cuando supo ser del 4% promedio".

En particular, Adorni denunció la gestión de AySA durante la presidencia de Alberto Fernández, durante la cual presuntamente "se gastaron más de u$s 4800 millones" en su mantenimiento.

"Con todo este presupuesto, la empresa funcionó como una plataforma de campaña: hubo u$s 200 millones destinados a obras, y el 25% de esas obras se asignaron a Tigre y a Malvinas Argentinas, los dos municipios de dónde provenía su cúpula directiva", agregó sobre el final.