El Gobierno oficializó reestructuración de las FF.AA.: de qué se trata

El Gobierno publicó este martes en el Boletín Oficial el Decreto 703/2018, y de esa manera completó la oficialización del plan de reestructuración de las Fuerzas Armadas. 

La norma establece la "Directiva de Política de Defensa Nacional" y contempla tres artículos para derogar los decretos 1714/2009 y 2645/2014 del gobierno de Cristina Kirchner.

La flamante directiva se expone a lo largo del anexo de 40 páginas que acompaña al decreto en la que se puntualiza que "las FFAA del siglo XXI se constituyen como organizaciones flexibles con un fuerte componente tecnológico", en contraste con las organizaciones militares del siglo XX.  En esa línea, la norma añade que "se han incorporado al ciberespacio y al espacio exterior como ámbitos de interés en un marco de interdependencia tecnológica".

"Las fuerzas armadas del siglo XXI se constituyen como organizaciones flexibles con un fuerte componente tecnológico, en contraste con las organizaciones militares del siglo XX (...) se han incorporado al ciberespacio y al espacio exterior como ámbitos de interés en un marco de interdependencia tecnológica".

Con esa matriz, la norma establece:

- La conformación de una unidad de despliegue rápido.

- El refuerzo militar en las fronteras.

- La vigilancia y control de los espacios soberanos.

- La protección de Objetivos Estratégicos de parte de las Fuerzas Armadas.

- El apoyo a la política exterior y al sistema de seguridad interior.

- La creación de la ciberdefensa para la vigilancia y control de los espacios soberanos.

- La reestructuración del Poder Aeroespacial del Instrumento Militar para unificar la fuerza aérea militar, entre otras cosas.

Los cambios mencionados responden al objetivo planteado por el Gobierno en los considerandos de la norma, donde se establecen como "objetivos prioritarios (...) la lucha contra el narcotráfico, la reducción de la pobreza y la unión de los argentinos". Si bien aclara que esos objetivos están "bajo la responsabilidad principal de otros ministerios", por su naturaleza, "la envergadura de los mismos exige la colaboración de todas las áreas del Estado".

El decreto señala, por otra parte, que si bien el país "no percibe amenazas con relación a sus países vecinos", está plenamente comprometido con la "promoción de los valores de la paz y la seguridad internacional, reconoce la incertidumbre del contexto global y la existencia de riesgos".

Y enfatiza como "función permanente" del Sistema de Defensa Nacional el resguardo de la soberanía e independencia de la República Argentina, la integridad territorial, la capacidad de autodeterminación, la protección de la vida y la libertad de sus habitantes ante agresiones de origen externo.

En el capítulo I del anexo se considera que "la preeminencia del poder militar de los Estados Unidos encuentra de manera creciente un contrapeso en el aumento de las capacidades militares de China y Rusia". 

En esta consideración, el Gobierno marca una clara diferenciación de la política desplegada por el gobierno de Cristina Kirchner, cuyo Decreto 1714/2009 establecía la "supremacía indiscutible de los EE.UU." fundada en el gasto de defensa del país del Norte, que "equivale a más de la mitad del total mundial" y una presencia militar a escala mundial con "más de 120 bases en todo el mundo".

El decreto resalta la figura de "terrorismo internacional" como uno de los "principales problemas de la agenda del siglo XXI".

Y detalla que en él confluyen otros delitos y fenómenos criminales complejos, tales como "el narcotráfico, el lavado de dinero, la trata de personas y los delitos que se cometen con asistencia de las nuevas tecnologías de la información". Por ello destaca que "el abordaje de estos asuntos requiere una estrecha articulación nacional e internacional", que incluya la participación de organismos gubernamentales y de la sociedad civil.

En el ámbito regional pone énfasis en la participación activa de la Argentina en la OEA el Mercosur y su acercamiento con la Alianza del Pacífico, tomando distancia de la UNASUR y el grupo del ALBA, en los que el país participó activamente durante el kirchnerismo.

En el capítulo donde se estableció la decisión de reforzar el control militar en el Atlántico Sur y la Antártida, el nuevo decreto hace una salvedad sobre el vínculo con Gran Bretaña.

"La reciente mejora en la relación con el Reino Unido contribuye al logro de este objetivo nacional irrenunciable, ya que favorece un espacio de oportunidad para incrementar la cooperación bilateral y promueve al interés nacional de preservar y explotar los recursos naturales allí existentes", destaca.

Y se diferencia del decreto de los Kirchner que no sólo rechazaba cualquier acercamiento con Londres sino que planteaba que Gran Bretaña "estaba trabajando en la pretensión de extender su alegada soberanía territorial en las islas Malvinas y en la Antártida".