Con la baja a cero de las retenciones a los cultivos y a la carne el Gobierno busca sumar u$s 7000 millones a las reservas de cara a las elecciones del 26 de octubre, pero en el camino hay luces verdes y rojas que pueden complicar el objetivo.

Mediante la publicación en el Boletín Oficial del Decreto 682/2025, se conoció que la medida tenía vigencia hasta el 31 de octubre, inclusive o hasta que las registraciones de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) alcancen un importe equivalente a u$s 7000 millones, lo que ocurra primero.

"Si fijaron la cifra en u$s 7000 millones es por dos razones: o hablaron con las cerealeras y cerraron un acuerdo para que liquiden eso y/o les cierra fiscalmente dejar de recaudar ese porcentaje de retenciones", comentó en off the record un importante economista a El Cronista.

Siendo este último un punto de cuestionamiento dado que el mismo día en el Boletín Oficial se promulgó la Ley de Emergencia en Discapacidad, pero con una letra chica en donde se solicitó al Congreso de la Nación que incluya las partidas en el presupuesto nacional para su implementación, cuando el costo fiscal era menor a la medida de las retenciones.

Más allá de esa discusión, los economistas consultados por este medio ponen la lupa en si el Gobierno va a conseguir u$s 7000 millones del campo y lograr retener esa cantidad de reservas -más lo u$s 39.000 millones que ya tiene- en el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

"Hay cuatro fuentes de demanda en estos próximos meses: las importaciones de bienes y servicios, el pago de deuda, la compra de dólares para atesoramiento y la venta de dólares en el mercado", sostuvo el director de Epyca Consultores, Martín Kalos.

De la variable de importaciones de bienes y servicios y la compra de dólares para atesoramiento aseguró que hoy existe un aceleramiento porque están percibidas como baratas. "Hay una expectativa de devaluación a futuro", agregó.

También por el pago de deuda se le irán reservas a la entidad que conduce Santiago Bausili aunque en mayor medida después de los comicios. Según el informe de la consultora LCG, de octubre a diciembre el Gobierno tiene que enfrentar pagos por u$s 3112 millones de los cuales: u$s 547 millones son amortizaciones; u$s 1416 millones son intereses; y u$s 1150 millones son Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal).

"Cada tres meses tenes un vencimiento importante de los Bopreal, es u$s 1.000 millones. Ahora vienen en noviembre, febrero y mayo y después ya se saltea buena parte del 2026 hasta mayo del 2027", destacó Kalos. Aunque hay que tener en cuenta que hay desembolsos pendientes.

Como fuente de financiamiento internacional en los últimos tres meses del año, hay depósitos del Tesoro en el BCRA por u$s 662 millones; desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s 1.045 millones; y financiamiento de organismos multilaterales y bilaterales por u$s 547 millones. Lo que suma un total de u$s 2253 millones, lo que deja la cuenta en u$s 858 millones.

Pero para Kalos "todo eso se corrige, se puede manejar", aunque no si el BCRA sale a vender u$s 1.110 millones, como lo hizo en los últimos tres días de la semana pasada para mantener el tipo de cambio. Esta semana vino revirtiendo esa cotización.

Claudio Caprarulo - director de Analytica- cree que, más allá de las importaciones, el peligro es que las expectativas queden desancladas y se profundice la dolarización de las carteras. "La clave está en lo que pasa con la formación de activos externos", sostuvo.

Pero hay quienes son menos optimistas respecto a la liquidación del campo en un contexto en donde los precios internacionales de los commodities están bajos y existen expectativas de cambio del régimen cambiario después de las elecciones o ante las negociaciones con el Tesoro de Estados Unidos.

"La liquidación del agro eran dólares que eventualmente (en semanas o meses) iban a entrar. La medida lo que genera es un adelantamiento con un costo fiscal no menor", sostuvo el director ejecutivo de la consultora LCG, Javier Okseniuk.

A su vez, remarcó, que, en este contexto, los dólares que generan los exportadores en parte son luego retirados por los productores, quienes cobran en pesos lo vendido a exportadores y suelen ser unidades chicas que puede atesorar en moneda estadounidense.

"El neto será positivo, pero no tanto, como ya pasó en junio y julio", sostuvo. Al cierre de ayer las reservas internacionales del BCRA cerraron en u$s 39.118 millones, y a pesar de que no hubo intervención, implicó una baja de u$s 141 millones respecto al viernes.

Aunque remarcan la importancia y los efectos que tendría que se firme un acuerdo con Estados Unidos de cara a la reunión bilateral de este martes del presidente Javier Milei con su par norteamericano, Donald Trump, luego del apoyo de ayer del secretario del Tesoro, Scott Bessent.

"Si se efectivizara la ayuda de Estados Unidos, el primer foco de incendio se estaría apagando, dado que se cubriría el programa financiero en dólares de los próximos años", destacaron en un informe del lunes. Lo cual a su vez podría actuar de respaldo para modificar el régimen cambiario.

"Seguimos pensando que un tipo de cambio flotante, aunque "sucio", podría ser un mejor régimen cambiario que, junto con señales de permanencia de la prudencia fiscal y tasas de interés levemente positivas, harían una configuración macro robusta. Tal vez el gobierno no se anime a cambiar antes de las elecciones, pero con la señal contundente del Tesoro norteamericano tampoco sería un salto al vacío. Además, el passthrough se muestra tímido frente a una actividad económica adormecida", marcaron desde LCG.