El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó hoy el acuerdo con la Argentina y desembolsó el equivalente a 4700 millones de dólares, que ya impactaron en las reservas internacionales del Banco Central (BCRA).

En la misma operación, el Gobierno se dio vuelta y pagó vencimientos de deuda de enero por unos u$s 1950 millones en concepto de capital del préstamo tomado en 2018, mientras que mañana se abonarán otros u$s 850 millones por los intereses, para un total de u$s 2800 millones.

Durante la tarde de este miércoles, el Directorio Ejecutivo revisó y dio el aval al programa económico de ajuste fiscal, monetario y cambiario de Javier Milei y Luis Caputo, que va más allá incluso de lo que planteaban como necesario los técnicos tiempo atrás.

En un comunicado, el organismo planteó que está en marcha un "ambicioso programa de estabilización" de la economía, pero el camino será "desafiante".

La directora Gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, sostuvo: "Los ya grandes desequilibrios se agudizaron y el programa se desvió significativamente, lo que refleja las políticas inconsistentes del Gobierno anterior. En medio de esta difícil herencia (inflación elevada y creciente, reservas agotadas y altos niveles de pobreza), la nueva administración está tomando medidas audaces para restaurar la estabilidad macroeconómica y comenzar a abordar los impedimentos de larga data para ell crecimiento. Estas medidas iniciales evitaron una crisis de balanza de pagos".

Hacia adelante, marcó: "Las autoridades se han comprometido a eliminar en el corto plazo las restantes restricciones cambiarias distorsionantes y las prácticas de tipo de cambio múltiples, y a desarrollar planes para desmantelar gradualmente las medidas de gestión de los flujos de capital, según lo permitan las condiciones". Es decir, le queda corta vida al cepo al dólar.

"La postura de la política monetaria debería evolucionar para respaldar la demanda de dinero y la desinflación, mientras que el marco y las operaciones de la política monetaria se ajustarán para fortalecer su papel de anclaje. Seguir fortaleciendo el balance del Banco Central sigue siendo una prioridad", agregó Georgieva.

Previamente, los técnicos del Fondo habían recalculado sus estimaciones sobre la evolución de la actividad económica del país. En lugar del crecimiento de 2,8% previsto para 2024, corrigieron su pronóstico a una caída del 2,8%, lo que implica una baja de 5,6 puntos porcentuales, aún en un año en el que la Argentina contará con mayores ingresos de dólares y de recaudación por el fin de la sequía, así como tendrá un superávit en la balanza comercial de energía por la operación del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta, que sustituye importaciones.

Los criterios de desempeño que se acordaron a mediados de enero, durante la misión técnica del FMI por Buenos Aires, fueron: un superávit primario fiscal equivalente a 2% del Producto Interno Bruto (PIB); una acumulación de reservas netas en el BCRA de u$s 10.000 millones entre el 10 de diciembre de 2023 y el 31 de diciembre de 2024; y emisión monetaria cero como asistencia directa del BCRA al Tesoro.

La meta fiscal se alcanzará mediante recortes por 0,4 puntos del PIB en las jubilaciones, pensiones y otras prestaciones sociales como la Asignación Universal por Hijo, cuya fórmula de movilidad previsional fue suspendida; por otros 0,7 puntos porcentuales en los subsidios económicos a la energía, el transporte público y el agua; un achique de 0,7 p.p en la obra pública y de 0,5 p.p. en las transferencias discrecionales a las provincias, que deben atender el pago de salarios de docentes, médicos y policías, entre otros.

Por el lado de los ingresos, se sumarían 0,8 puntos con la recaudación del impuesto PAIS a las importaciones (con una alícuota al 17,5%). Y la normalización de los impuestos a los combustibles agregarían otros 0,4 p.p.