El ataque a Tiempo Argentino y a radio América exige respuestas y una autocrítica

Entre los ataques y agresiones que ha sufrido el periodismo en los últimos años hay que contabilizar, lamentablemente, la incursión violenta de una patota la madrugada del lunes en la redacción del diario Tiempo Argentino y en los estudios de Radio América. El grupo respondía a las órdenes del empresario Mariano Martínez Rojas, (quien le había comprado los dos medios a Sergio Szpolski), y terminó imputado por los daños ocurridos junto a una decena de personajes violentos. Es necesario ahora que la Justicia actúe para establecer las culpabilidades, y que el tanto el Gobierno nacional como el porteño aclaren los motivos de la pasividad policial.

Además del intento de amedrentamiento a la prensa, el episodio desnuda otra realidad que condiciona el normal funcionamiento de los medios de comunicación. Se trata de empresarios que, a cambio de privilegios económicos financiados por el Estado, condicionaron sus lineamientos editoriales para favorecer al gobierno kirchnerista. Es el mismo sector que hoy, sin el auxilio de la pauta estatal, promueve la venta sospechosa de activos, impulsa despidos, suspensiones o demora el pago de los salarios a sus empleados. Allí hay que buscar la causa del deterioro profesional que sufre el periodismo y exigir una autocrítica.

Es un momento ideal para que la ex presidenta, Cristina Kirchner, responda de una vez porqué favoreció desde su posición de jefa de Estado el crecimiento de estos proyectos que lesionaron tan profundamene la libertad de expresión. Sobre todo, a partir del intercambio transparente que pueda inaugurar con la prensa ahora que parece decidida a retomar la actividad política.

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