El verano político tuvo un nuevo y extenso capítulo a metros del mar, con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a la cabeza de una reunión con casi 40 intendentes para analizar la estrategia electoral que se llevará adelante en territorio provincial a lo largo del año.

El encuentro se realizó durante más de tres horas en la localidad de Villa Gesell, tierra del intendente local, Gustavo Barrera, uno de los jefes comunales enrolados en el kicillofismo, ese espacio naciente que busca terciar entre los grandes socios de lo que fue el Frente de Todos, a saber, el cristinismo y el massismo.

Aunque los jefes comunales prefieren mantener el bajo perfil, el acto en la costa cumplió con un doble objetivo: acordar una posición común respecto al posible desdoblamiento electoral y, en particular, poder "mostrar músculo territorial" de Kicillof para que pueda negociar con mayor fuerza en una mesa que puede estar inclinada.

Si bien 40 intendentes es un número considerable (un tercio de los jefes comunales bonaerenses), en la lista difundida se deja notar la ausencia de los que responden a Máximo Kirchner y que están enrolados o cerca de las posiciones de La Cámpora.

Según pudo reconstruir El Cronista, fueron al menos cinco los puntos centrales de la reunión, pero con la "construcción de un frente político que rompa fronteras y que sea férreamente anti-Milei", como eje articulador.

En el cónclave se habló del Presupuesto que se encuentra trabado en la Legislatura bonaerense y de los recursos que necesitan los municipios. En diciembre, mientras aún había negociaciones para su aprobación, varios jefes comunales habían pedido que se mantuvieran fondos directos a los municipios en el mismo porcentaje que durante 2024.

También se fijó la meta de "poner en valor la gestión" y de cuáles serán las obras para el año electoral. En ese sentido, Kicillof estuvo hoy por la mañana en Pinamar y, antes de reunirse con los jefes comunales, hizo entrega de 25 casas en Villa Gesell. Paradójicamente, la segunda actividad coincidió con la noticia del posible cierre de la Secretaría de Hábitat de la Nación.

La eliminación de las Primarias y el desdoblamiento electoral, sin embargo, es un asunto que fue planteado por los intendentes y que desde La Plata ven atado al destino que puedan correr las nacionales: "La gran mayoría de los intendentes pide desdoblar. Axel explicó que no se puede decidir hasta que no se sepa qué va a pasar con las PASO nacionales", señaló una fuente gubernamental.

El desdoblamiento es complicado. Los intendentes, mayoritariamente, sienten que una separación les dará la posibilidad de hacer valer sus votos y que podrán poner en valor sus gestiones frente a sus vecinos, más allá de lo que pueda pasar con los candidatos al Congreso Nacional.

Pero el consenso está lejos de ser total ya que muchos actores del Partido Justicialista temen que las listas sean "impuestas desde arriba", en el mejor de los casos en una negociación entre Kicillof, Cristina Kirchner y Sergio Massa y en el peor, dictadas por la presidencia del PJ que retiene la expresidenta y su hijo Máximo Kirchner.

Muchos de ellos, además, se sentirían al menos incómodos militando a hombres o mujeres relacionados a Cristina Fernández quién, dicho sea de paso, aún podría postularse ella misma.

La mesa inclinada en la que podría tener que jugar Kicillof es la de tener que enfrentar una disputa por el tema del desdoblamiento y que, del otro lado, esté no solo Cristina, sino también Sergio Massa. Ambos dirigentes creen que desdoblar podría ser útil para los intendentes, pero que se perderían votos para los cargos nacionales, debilitando al peronismo en el Congreso Nacional. UxP renueva 46 de sus 98 bancas en Diputados, muchas de ellas, pertenecientes a la Provincia de Buenos Aires.

Cerca de Kicillof existen voces que hablan de un desdoblamiento "de hecho". Si las elecciones fuera hoy serían bajo la modalidad de "concurrencia", es decir, dos tipos de boleta en dos urnas separadas. Sin embargo, los más extremos le piden al gobernador un gesto de mayor rebeldía y eso se reiteró en la reunión de Gesell: separar los días de votación, asegurar buenos desempeños para los intendentes y una buena elección para la legislatura provincial, en la que hoy no tiene las mayorías para imponer sus políticas.

Mientras tanto, el gobernador sigue planteando el debate discursivo hacia afuera, sin buscar ganar posiciones en la interna, cree que hay que poner el foco en el gobierno de Javier Milei, en la política económica pero también en la "batalla cultural".

Sobre el primero de los puntos, volverá a insistir con los números de la temporada veraniega que, aun sosteniendo el número de turistas, muestra una caída importante en el consumo.

Respecto de la batalla cultural, las opiniones respecto de homosexualidad y pedofilia que el Presidente expuso en el Foro Económico de Davos, o el proyecto para eliminar la figura del femicidio del Código Penal, pueden ser capitalizadas por Kicillof si logra que esos temas formen parte del debate y que la opinión pública los tome como relevantes.