JORGE BERGOGLIO SUMA GESTOS QUE INCOMODAN AL MACRISMO

Con Carlotto y un delegado del INTI, el Papa acumula señales contra el Gobierno

Les dijo "estar al tanto de todo lo que pasa" en la Argentina y sentirse "preocupado" por el rumbo fijado en la Casa Rosada, que no oculta su molestia con los gestos del pontífice

Una tácita tensión sobrevuela las relaciones entre el Gobierno y la Santa Sede. Tras su viaje apostólico por Chile y Perú, en el que evadió una vez más pisar suelo argentino, y poco después de advertir que "no es el momento adecuado" para retornar a su país, el papa Francisco volvió esta semana a emitir señales de disgusto con el Gobierno.

Ayer, el pontífice recibió en audiencia privada, por espacio de 20 minutos, a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, para hablar formalmente sobre la cooperación eclesial en la desclasificación de archivos y documentos de la última dictadura cívicomilitar.

A su salida del Palacio Apostólico, Carlotto aseguró que el Papa "está enterado y preocupado por la pobreza, los despidos, y la situación de la Argentina". La activista precisó que sigue con atención las "violaciones de los derechos humanos", pero no quiso profundizar al respecto. Tan solo añadió que "reza por nosotros".

Un día antes, precisamente después de la tradicional audiencia general de los miércoles, Jorge Bergoglio habló con el gremialista Néstor Escudero, un ex trabajador y delegado del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), al que se cesanteó recientemente junto con otros 254 compañeros.

Escudero llevó a la audiencia general una remera con las siglas del INTI, que el romano pontífice firmó con su característica letra minúscula. "Le transmití la situación de los trabajadores despedidos, y me manifestó su preocupación", sentenció tras el encuentro Escudero, que dijo conocer al Papa de sus tiempos en el arzobispado de Buenos Aires, a través de la fundación La Alameda.

Francisco, experto de la "diplomacia de los gestos", volvió otra vez a marcar sus diferencias con el Gobierno, que si bien le ha expresado su respeto, lo desdeña en puertas adentro.

El gurú comunicacional del Presidente, Jaime Durán Barba, fue tajante al sostener en Radio con Vos que Francisco "solo ha ido al Vaticano para hacer política", y calificarlo como "el papa menos popular que ha habido". Durán Barba, como el jefe de gabinete, Marcos Peña, son dos figuras resistidas en Roma.

Por si fuera poco, el Papa ha alentado recientemente al gremialismo con una cumbre en el Vaticano, e incluso mantiene buen diálogo con los Moyano, especialmente con Pablo, uno de los promotores de la movilización del 21F.

El Gobierno, en tanto, no parece tener una estrategia clara para restablecer lazos: el Presidente pasó en cuatro ocasiones por Europa pero no recaló en Roma.

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