Clima de época: falta de definición política frena planes de empresarios

La falta de referentes del oficialismo y de la oposición, por estar en el último tramo de la campaña electoral o por una decisión política, privó a los directivos de firmas de definiciones sobre el futuro.

Pocos días antes de las elecciones presidenciales la política fue el centro de las discusiones en el 55° Coloquio de IDEA, pero no se reflejó en los disertantes.

La ausencia de Mauricio Macri y la soledad de los ministros del gabinete profundizaron un clima de despedida que también le prodigaron los asistentes. La falta de referentes del Frente de Todos fue uno de los tópicos de las conversaciones informales, plato fuerte de las convocatorias anuales del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina.

Allí mismo, en las corrillos, hubo fuertes demandas de consensos pero escasos detalles respecto de qué está dispuesta a ceder cada parte.

El viernes pasado, buena parte de los empresarios que habían decidido quedarse, escucharon sin mucho sentimentalismo, cómo el presidente, Mauricio Macri, les reprochaba por videoconferencia que ya habían dado por culminada la elección, y proclamaba, en cambio, por larga distancia que "sí se puede" llegar a una balotaje y luego ganar la elección.

Esa ratificación de la voluntad de Macri no generó ovaciones. Ni siquiera otras emociones más débiles. Macri tenía razón, los empresarios convocados por IDEA a Mar del Plata ya habían dada por terminada la elección.

Contrastaba la soledad con la que se paseaban los funcionarios nacionales por los pasillos del hotel Sheraton con el acompañamiento que le entregaron los hombres de negocios a los sindicalistas más ligados al Frente de Todos.

La ausencia de los principales candidatos a la Casa Rosada, ocupados en el tramo final de la campaña electoral y pocos días de los comicios, desinfló muchas expectativas en encuentro y generó que la incertidumbre y las dudas tomaran la escena.

En los paneles IDEA buscaba ampliar el abanico, y subían al escenario, por primera vez, un presidente de la Corte Suprema de Justicia. Hablaba un joven de 20 años. También debatieron sindicalistas con empresarios y luego cinco altos directivos de medios periodísticos. Pero en los corrillos del Sheraton sólo se hablaba de Alberto Fernández, de su posible equipo. En dos palabras, de incertidumbre y acuerdo.

"Los empresarios podemos administrar riesgos pero no administrar incertidumbre, y en eso estamos hoy. No sabemos qué van a hacer. El oficialismo salió a comprar votos desde las PASO y no sabemos qué va a hacer si ganan; y la oposición, igual: no tenemos en claro ninguna medida económica", se lamentó ante El Cronista un hombre fuerte de una multinacional.

Curtidos en mil batallas, directivos de negocios ya no se preocupan por el regreso de los (malos) "modos" con una victoria de la coalición kirchnerista, sino que la mirada está puesta en las políticas.

"Hay poco margen para macanas. Hay que estabilizar la macroeconomía y reestructurar la deuda, y a partir de esto puede volver la inversión", enfatizó el CEO de una firma industrial de peso. "Por ahora, todos están en modo wait and see hasta tener mayor claridad sobre lo que viene", agregó.

La decepción, la idea de tiempo perdido durante los últimos cuatro años, fue una constante entre los asistentes al principal evento empresarial de la Argentina. A pesar de que cayeron bien las autocríticas de Cambiemos, en particular la que exhibió el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, también por video call, respecto al desmanejo económico de Cambiemos. Pero los empresarios, acostumbrados a reconvertirse rápidamente, dieron vuelta la página y ya tienen la mirada puesta en el pacto social, llave maestra de Alberto Fernández en campaña. Fue así que buena parte de la discusión del 55° Coloquio abogó por la puesta en marcha de acuerdos sociales y económicos.

Aunque cada sector tratar de llevar adelante una hoja de ruta propia, los empresarios señalaron la necesidad de un consenso como punto de partida de un nuevo proceso.

"La acumulación de crisis y de pérdida de tiempo hicieron que todos nos demos cuenta -políticos, empresarios, sindicalistas- de que son necesarios consensos para sentar las bases del país que queremos. Ahora viene la parte difícil, ponernos de acuerdo, y ceder", explicaba un empresario ligado al mundo de los servicios.

El propio titular de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, fue contundente. Frente a un salón colmado y en lo que fue el debut de un panel sindical en IDEA, Palazzo subrayó: "ni nosotros ni ustedes -por los empresarios- estamos dispuestos a ceder. Sí a conversar".

En un contexto en donde sólo se habló de lo único que estuvo ausente: la política. Donde el oficialismo fue tratado con cierto clima de despedida y la oposición generó ansiedad por el desconocimiento, el Coloquio llegó a su fin con una cena en donde organizadores y empresarios cantaron y bailaron Bella Ciao, el himno de resistencia antifascista de los partisanos comunistas italianos de la Segunda Guerra, que el grupo chileno Quilapayún inmortalizó en los primeros '70 como canción de la Unidad Popular de Salvador Allende. A esa misma hora, Santiago era incendiada por manifestaciones contra aumentos del transporte y la luz. En la fiesta se la presentó como una canción de Netflix.

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