BRASILIA – Después de tres días de convivencia directa con el presidente de China, Xi Jinping, que incluyó la reunión bilateral entre ambos mandatarios, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, destacó los puntos importantes de ese encuentro, entre los cuales el contrato de la venta de 60 aviones de Embraer para las empresas Tianjin Airlines e ICBC Leasing,

un negocio que suma u$s 3.200 millones, y la suspensión del embargo chino a la carne brasileña

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“Tenemos interés en ampliar la exportación de productos brasileños con valor agregado”, dijo Dilma. En el ámbito del agro-negocio, la presidenta dijo que su pretensión es “superar las dificultades técnicas y sanitarias que limiten la ampliación del comercio bilateral”.

Para Dilma, Brasil y China “dieron un paso muy significativo” para estrechar sus lazos comerciales y diplomáticos. Aseguró que esa relación se potenciará con la consolidación de los Brics, el bloque que integran Brasil, China, Rusia, India y Sudáfrica, y con los gestos de China para aproximarse a América latina.

Dilma destacó el interés particular de los chinos en una eventual asociación con Brasil y Perú para desarrollar la ferrovía “transoceánica”, vinculando el Atlántico con el Pacífico, del litoral brasileño hasta el peruano, de forma que el trecho final se realizaría a través de barcos hasta China. El foco son las exportaciones de granos y mineral de hierro.

Rousseff señaló que los chinos están muy interesados en las asociaciones en la cadena productiva de petróleo, como en la construcción de astilleros, plataformas y provisión de productos para el sector. La presidenta destacó el interés conjunto en las investigaciones de ultra alta tensión, para el transporte de energía eléctrica.

Brasil y China son socios en la transmisión de energía de la futura central de Belo Monte y en la planta del Rio Tapajós. Dos estatales chinas son socias de Petrobras en el campo de Libra.

Dilma y Jinping firmaron 32 acuerdos en diferentes temas, incluso entre el BNDES y el Eximbank, Banco de Desarrollo de China, y el Fondo Soberano CIC (China Investment Corporation).

El gobierno de Brasil entiende que el país es “la puerta de entrada” de China en América latina, y por eso la movilización de jefes de Estado y representantes de los países de América del Sur, del cuarteto de la Celac (Ecuador, Costa Rica, Cuba y Antigua y Barbuda), además de México, en la condición de país invitado.