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La semana pasada, en medio de un clima político intenso, el presidente Javier Milei protagonizó un megashow en el Movistar Arena que combinó estética rockera, discurso político y performance escénica.

El evento, que sirvió como presentación de su libro La construcción del milagro, se dio en un contexto de tensión interna en La Libertad Avanza, tras la renuncia de José Luis Espert a su candidatura por la provincia de Buenos Aires, luego de revelarse sus vínculos con el empresario Fred Machado, acusado por narcotráfico y con pedido de extradición confirmado por Estados Unidos. A eso se sumó la derrota electoral del 7 de septiembre y reveses legislativos que intentan ser superados con el contundente apoyo financiero y político que recibió de Donald Trump y su secretario del Tesoro, Scott Bessent, en el marco de una situación económica compleja.

Vestido con su clásico tapado de cuero, Milei irrumpió en escena al ritmo de Panic Show de La Renga, acompañado por su "Banda Presidencial", integrada por funcionarios y aliados políticos. Interpretó clásicos como Demoliendo hoteles de Charly García, Libre de Nino Bravo, No me arrepiento de este amor en versión punk de Ataque 77 y Dame fuego de Sandro, entre otros. "Lo que pasa es que a nosotros nos gusta el punk", explicó antes de entonar el hit de Gilda, evidenciando una afinidad musical que trasciende lo anecdótico.

Pero Milei no es el único presidente que se animó a cantar en público. La historia política reciente ofrece otros ejemplos, algunos más excéntricos, otros más íntimos, pero todos reveladores de una veta artística que se canaliza en el ejercicio del poder.

América Latina - Bucaram, Correa y De la Rúa

En Ecuador, el expresidente Abdalá Bucaram llevó su pasión musical al extremo. En 1996, presentó su disco Un loco que ama junto al grupo Los Iracundos, en un recital multitudinario en Guayaquil. "Soy loco porque canto, y ¿quién no canta?", dijo Bucaram en plena transmisión televisiva nacional. Su mandato duró apenas seis meses: fue destituido por "incapacidad mental", aunque ese dato, si bien objetivo, no debe vincularse con su afición musical.

Otro caso ecuatoriano es el de Rafael Correa, quien durante su presidencia (2007-2017) cantó en más de 30 actos públicos. En 2014, por ejemplo, se lo vio interpretar Sólo le pido a Dios de León Gieco y Mi lindo Ecuador en Madrid, durante una visita oficial. En sus enlaces sabatinos, no faltaban los pasillos, las canciones de protesta y los duetos con funcionarios como el canciller Ricardo Patiño.

En Argentina, Fernando de la Rúa protagonizó una escena singular en el programa Hola Susana, donde ensayó el tango Sur de Aníbal Troilo. Aunque no se animó a cantarlo, lo recitó en una especie de dueto artificial con Roberto Goyeneche, cuyas imágenes fueron tomadas de la película homónima de Pino Solanas..

Argentina - Fernández, Menem, Boudou y Cristina

Alberto Fernández también mostró su costado musical. En 2022, tocó la guitarra en un acto en Florencio Varela, interpretando Solo se trata de vivirde Litto Nebbia. "La música es parte de lo que somos", dijo entonces. En Nueva York, probó una Gibson de 8.000 dólares en el estudio de Mark Plati, exintegrante de la banda de David Bowie.

Carlos Menem, por su parte, intentó cantar el tango Como dos extraños junto a un profesional, durante el Día del Periodista en 1996. La pieza, popularizada por Adriana Varela, fue ejecutada en dueto para disimular las aptitudes vocales del expresidente.

Aunque no fue presidente, Amado Boudou merece una mención. Como vicepresidente y exministro de Economía, se subió varias veces al escenario con La Mancha de Rolando, tocando la guitarra y cantando. En 2015, grabó tres temas con la banda, convirtiéndose en "integrante oficial". Su vínculo con el grupo fue parte de una estrategia de militancia artística durante el kirchnerismo.

Amado Boudou se subió varias veces al escenario con La Mancha de Rolando
Amado Boudou se subió varias veces al escenario con La Mancha de Rolando

Cristina Fernández de Kirchner no cantó, pero sí bailó. En los festejos del Bicentenario en 2010, junto a Néstor Kirchner, ensayó algunos pasos desde uno de los escenarios del 9 de julio. En Plaza de Mayo, durante su asunción en 2007, acompañó con sutiles coros el clásico Himnos de mi corazón de Los Abuelos de la Nada, interpretado por Lerner, Santaolalla y Pablo Romero. En actos posteriores, se la vio bailando cumbia, pop y hasta temas de Lali Espósito.

Qué otros presidentes del mundo se atrevieron

En Estados Unidos, Bill Clinton se destacó por su habilidad con el saxofón. En su primera investidura en 1993, tocó Night Train junto a Clarence Clemons, en una gala que también incluyó a Barbra Streisand, Michael Jackson y Elton John.

Donald Trump, aunque no cantó formalmente, se convirtió en protagonista de actos musicales. En sus mítines, bailó al ritmo de Y.M.C.A. de Village People, y en su segunda investidura en 2025, se presentó junto a artistas como Carrie Underwood, Billy Ray Cyrus y Kid Rock.

En África, George Weah, presidente de Liberia y exfutbolista, grabó canciones de contenido social como Peace for Mama Africa. En Asia, Junichiro Koizumi, ex primer ministro japonés, era fanático de Elvis Presley y llegó a cantar en karaokes durante su mandato. En Europa, Petro Poroshenko, expresidente de Ucrania, tocó la batería en actos públicos.