Si algo tienen en común, a la distancia, la gestión de Maximiliano Pullaro y la de Javier Milei es una preocupación por la Seguridad. Dicha problemática, relacionada al narcotráfico, que azota a Santa Fe y en especial la ciudad de Rosario tuvo su pico máximo los últimos años y hoy se respira una tensa calma. ¿A quién se le atribuye el éxito en Rosario? ¿Qué efectos tiene sobre los votantes?
Para poner un poco de contexto, a fin de 2023 en la gestión del peronista Omar Perotti habían ocurrido 260 asesinatos y paralelamente en la misma medición del año siguiente durante la gestión actual esta cifra en Rosario bajó a 90. Se trata entonces de una caída del 65% de los homicidios en la ciudad portuaria desde el inicio del 2014. Fue ese año cuando se estableció el modelo penal acusatorio en Santa Fe.
En toda la provincia, las estadísticas muestran una disminución del 55,8% en asesinatos comparado al 2023. Según registros del Observatorio de Seguridad de Santa Fe, ese año los asesinatos en Santa Fe escalaron a 398 y en 2024 se establecieron en 175.
Para Hernán Lascano, periodista policial con más de 30 años de trayectoria y autor del libro "Los Monos: historia de la familia narco que transformó a Rosario en un infierno", el éxito actual de la disminución de la violencia se puede atribuir a la gestión del gobierno provincial.
"La violencia ha bajado de manera notoria, lo que se mitigó muy fuertemente es la violencia de mayor lesividad", explicó el escritor en diálogo con El Cronista sobre la situación de la ciudad en la que vive hace dos décadas. En este sentido, Lascano atribuyó la relativa paz de Rosario al gobierno provincial "como factor fundamental de revertir esta tendencia".

La gestión del gobernador Maximiliano Pullaro en Seguridad dio resultados para los rosarinos, si bien algunas críticas se asoman desde organismos de derechos humanos en relación a las garantías de los presos, según Lascano hay una sensación positiva. "Es un logro político incuestionable y hay que ver cuan duradero puede ser el fenómeno porque es difícil saber que va a pasar en un tiempo muy exiguo", repasó el experto en la cuestión delictiva de la Ciudad.
El cambio se debe entonces a un fenómeno de intervención política. "Hubo cooperación como en ninguna otra época entre el gobierno provincial y el gobierno nacional pero lo que explica la baja de los índices es una gran cantidad de decisiones que se tomaron", advirtió el entrevistado.
En este sentido, la gestión de la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, mantiene diálogo con el gobierno provincial radical y estableció el llamado "Plan Bandera"otorgando apoyo de las Fuerzas Federales en zonas calientes.

Para Lascano, la presencia de Nación existe, pero no es lo que resolvió momentáneamente el problema. "Bullrich se atribuye el Plan Bandera y el mérito. Hay un mérito en que se trabaje de manera coordinada el fenómeno de Rosario, pero la mayor cantidad de recursos y administración de personal viene de la provincia, al igual que las investigaciones", aseveró.
La situación descripta por Lascano se condice con una encuesta llevada a cabo en mayo por GyC Comunicaciones, donde se aseguró que las medidas de Seguridad de la provincia eran respaldadas en Rosario. El muestreo indica que el 71% de las personas consultadas considera que el gobierno de Pullaro "trabaja en la dirección correcta y debería profundizar" las medidas tomadas en cuanto a seguridad. A la vez, un 95 % propone que el mandatario extreme aún más "las medidas de control en las cárceles".
Esto puede tener relación con la percepción de los encuestados que "los atentados son organizados desde las cárceles". Así lo cree el 74% de las personas entrevistadas.
A pesar de estos éxitos y que según Lascano los rosarinos tienen claro que se debe a la gestión Pullaro, la candidata del intendente Pablo Javkin,Carla Labayruparecería no correr con la suerte electoral que tendría Unidos en el resto de la provincia.

Por el momento, las encuestas ubican relegada a la candidata rosarina de Unidos aunque con una repuntada los últimos días. Para Lascano, el avance del peronismo y La Libertad Avanza se da electoralmente en las grandes urbes de la provincia: Santa Fe y Rosario. "Javkin y Pullaro son dos dirigentes que si bien son circunstancialmente aliados frente al espacio que está en frente, uno tiende a pensar que se valoran otras cosas en el desempeño del intendente", indicó el periodista.
En este sentido, para el rosarino sus conciudadanos tienen claro que la mejora en Seguridad proviene no de parte del Intendente sino estrictamente de la gestión provincial. Al intendente, en la elección del próximo domingo 29 de junio, se lo juzgará por otras cuestiones: trasporte, residuos, impuestos, entre tantas otras cosas. "Puede que haya aspectos que se le cuestionan a él (Javkin) y no a Pullaro", afirmó.
La campaña electoral que condujo a este 29 de junio fue apagada, el gobernador apoyó al intendente los últimos dos días de campaña pero no se llegó a más que eso. Rosario vive, como el resto del país, una apatía y desinterés claro por una política que le es ajena.
La alianza de Unidos espera ganar en el resto de los 365 distritos que tienen elecciones el mismo día, pero es posible que la batalla por Rosario la pierda por el momento.

Decisiones que cambiaron la cara de Rosario
Entre las decisiones más importantes que pudo rescatar Lascano hay tres: más policías y patrulleros en la vía pública, cooperación con el gobierno nacional y la intervención que el gobierno y el ministerio público de la acusación tuvo en las cárceles.
Antes de la llegada de la nueva gestión, había menos policías en la Ciudad y menos presencia en general. "El Estado retomó el control de la vía pública", afirmó. "Al final de la gestión anterior, hubo momentos en que había 20 o 30 patrulleros en una ciudad de una dimensión similar a la de CABA", remarcó Lascano. Asimismo, se pasó de ese bajo número de autos a casi 300 que hoy patrullan las calles. "Es una función que no alcanza, pero es disuasiva".
Paralelamente, la intervención del gobierno y el Ministerio Público Fiscal en las cárceles parece haber ayudado. Desde allí se ejecutaban un 90% de las órdenes que generaron conflictos graves en Rosario. "Homicidios y balaceras, esa dinámica de información, con celulares en las cárceles pasaban directivas se cortó de una manera notoria", indicó Lascano.
Esto se hizo a través de la decisión de interrumpir el flujo de visitas, lo que despertó cierta controversia en ONGs pero que recibió el apoyo de la sociedad.
Además, se dieron cambios normativos que permitieron que el control de las organizaciones quedara en manos de los fiscales provinciales. En una primera instancia era la justicia federal - mucho más chica en Santa Fe- la que tenía en su potestad investigar la relación de comercio que genera el narcotráfico. Al cambiarlo a la justicia provincial, cambió el encuadre de la persecución penal del comercio de drogas y permitió a los fiscales provinciales intervenir.



