STURZENEGGER, CON LA RESPONSABILIDAD SOBRE LA INFLACIÓN

Audaz apuesta a cerrar la crisis del dólar y política con una gesta contra el gasto público

Vuelve el programa de apretón fiscal y monetario. El BCRA deberá definir los niveles de las tasas. Y la política, cómo vivir con un país que enfriará su actividad

El presidente Mauricio Macri marcaba ayer con un bolígrafo BIC azul trazo grueso los conceptos que debía pasar en las respuestas a los periodistas en la conferencia de prensa más relajada de su gestión, la del día posterior a la gran batalla. Después zafar de un desbarajuste mayor, habló y ordenó el discurso convocando a la gesta responsable del ajuste del gasto público. Lo colocó como eje histórico del retraso nacional. El minuto a minuto de su discurso sólo convocó al zapping cuando a borbotones explicaba que la idea opositora de destruir el andamiaje de las tarifas era una sinrazón presupuestaria. Luego convocó a acelerar el ritmo del ajuste del gasto público.

Todavía es temprano para evaluar el costo de esta crisis iniciada en su manifestación más áspera, la de la salida de capitales, a partir del 20 de abril. En ese momento, los inversores extranjeros en Lebac empezaron a desarmar posiciones para evitar el impuesto a las Ganancias que llegó a la Reforma Tributaria como concesión a la oposición para lograr los votos a la ley. Mientras subía la tasa en los EE.UU., la Argentina castigaba a esos inversores, y para peor, a sus ojos vistas, el Congreso también amenazaba revertir la reducción de tarifas dispuesta por el Ejecutivo. Tormenta perfecta.

Ahora, blindado con recursos de inversores institucionales y organismos internacionales, ayer Macri decidió cerrar también el mal paso político original: la imposición de relajamiento de la política monetaria el BCRA, con reducción de tasas de interés, aliento moderado a la recomposición del tipo de cambio y a la actividad.

Macri dijo recién ahora que se trató de una falta de coordinación del equipo económico, que se dispone a reparar.

¿Cómo? Primero, le repuso autoridad y también responsabilidad a Sturzenegger en el manejo de la inflación. Todo será un problema del Central.

¿Retomará el BCRA la estrategia de no intervención cambiaria de la que había hecho gala y que quebró a partir de marzo para evitar que la devaluación del peso impacte en la inflación?

Ayer Sturzenegger consideró que el $24,80 actual está fuera de la escala. Y también que la inflación irá bajando.

Cabe recordar que el 4 de mayo ya se habían anunciados nuevas metas fiscales para este año, en consonancia con la suba de tasas del Banco Central hasta el 40%. Pero lo concreto es que, ocultos por el humo de la corrida del dólar, los apretones fiscales y monetarios comenzaron a hacer lo suyo con un parate de la actividad y cortes en la cadena de pagos. Ahora, que el recorte del gasto público se transformó en la meta principal del Gobierno, y que también Macri reconoció que habrá menos crecimiento, no es difícil prever un enfriamiento productivo.

Por lo pronto, el Gobierno se apuró a aclararle ayer mismo a la industria de la construcción y a los sindicatos que lo que está en marcha no se frenará. No sea cosa de matar al brote verde que sostenía, aun en piloto y con poco consumo, una llama de recuperación de actividad y empleo.

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