Argentina y Chile reeditan una disputa de soberanía por las aguas del Atlántico sur

Es porque el país trasandino dijo no poder aceptar los límites fronterizos que el Gobierno pretende oficializar en el Mar Austral. La Cancillería se apresuró en despejar rumores de conflicto.

Días atrás, el gobierno de Chile envió una nota diplomática a la Argentina para hacerle notar que consideraba oponerse a la pretensión nacional de establecer nuevos límites en los espacios marítimos a partir de un trabajo científico y político que concluyó hace poco en el reconocimiento por parte de las Naciones Unidas de un nuevo límite de la plataforma continental, lo que redundaría en la anexión de 1.700.000 kilómetros cuadrados de aguas del Atlántico sur y el Mar la Zona Austral.

El 11 de mayo, según reveló el periódico El Mercurio en la capital trasandina, la cancillería chilena ratificó que no reconoce las fronteras que la Comisión de Límites de las Naciones Unidas aprobó en 2017, luego de estudiar un minucioso informe que llevó años de trabajo con la participación de científicos, militares y diplomáticos a fin de precisar dónde acaba la jurisdicción nacional y dónde comienza el océano Atlántico.

La reacción chilena fue reforzada tras tomar conocimiento de un proyecto de la senadora por La Pampa, Norma Durango, ingresado en la cámara alta del parlamento para que se demarque "con carácter definitivo y obligatorio" el nuevo límite de la plataforma continental y, en consecuencia, se proceda entre otras cosas a incorporar esa extensión marítima a las zonas de patrullaje que realizan la Armada y la Prefectura naval para resguardar las especies, hidrocarburos y otros recursos que allí habitan.

El problema puntual de Chile es que la Argentina reclama como propia una porción del Mar de la Zona Austral al sur de la isla Grande de Tierra del Fuego, que actualizaría las condiciones límítrofes establecidas en el Tratado de Paz y Amistad firmado por ambos países en 1984, el que puso fin al Conflicto del Beagle por el que ambos países estuvieron a punto de iniciar una guerra en 1978. Para el vecino país, esa superficie le corresponde para sí.

El arco púrpura al sur de la isla grande Tierra del Fuego genera la polémica con Chile.

Esta semana, la Cancillería argentina elevó una respuesta recordando el límite exterior de la plataforma continental argentina "ha recibido recomendación favorable de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental, de conformidad con el artículo 76 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Esa recomendación favorable fue obtenida por la Argentina en 2016 luego de más de siete años de ser presentada en 2009".

"Encontramos que hay elementos en la nota que no se corresponden con la conducta de ese país en esta materia y vamos a manifestarle oportunamente a Chile nuestro entendimiento en el tema", retrucó el plantel diplomático argentino.

Para aquietar las aguas de cara a la opinión pública, este miércoles el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería, Daniel Filmus, mantuvo una videollamada con el director de Antártica del país trasandino, Camilo Sanhueza, en el que abordaron la agenda bilateral en lo que refiere a la cooperación militar, científica y diplomática en el extremo sur de ambos países.

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