El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que busca elevar al Congreso una reforma previsional que ya generó divisiones dentro de su gabinete de ministros- para que eleve la edad mínima de jubilación a partir de 2022. En Brasil, 35 millones de personas cobra algún tipo de beneficio previsional

La Argentina, que enfrenta una situación menos compleja que el país vecino, también tiene pendiente una reforma previsional, que quedó fuera de la agenda pública después del rechazo que generó la modificación de la fórmula de movilidad y a menos de un año de las elecciones presidenciales.

En el Gobierno argentino, la reforma brasileña (ver más información en pág. 13) se mira con cautela, a la espera de que realmente pueda materializarse después de varios intentos fallidos. En tanto, no se espera que dé puntapié ni facilite el debate en la Argentina.

"Es demasiado prematuro para decir que está encaminado", explicaron las fuentes. "Los actores de Brasil no son los de la Argentina ni tienen la misma dinámica. No se produce un efecto espejo", agregaron. Se entiende que la impronta que puede tener un liderazgo ideológico como el de Bolsonaro no se replica en el Gobierno argentino.

Entre nosotros, la ley de Reparación Histórica creó una Comisión de Sustentabilidad, dándole tiempo hasta este año para que presentara un proyecto de reforma previsional al Congreso.

Esa comisión nunca se convocó. En cambio, el Gobierno eligió realizar cambios en etapas, como la nueva fórmula de movilidad de las prestaciones, la creacion de la PUAM ( un primer pilar universal y desde este año se afectó sólo a la población vulnerable), mayores condiciones para cobrar pensiones no contributivas y la extensión de la edad jubilatoria voluntaria a los 70 años.

El Gobierno no sólo mira a Brasil, sino a todos los países que "hicieron y continúan" haciendo reformas en su régimen previsional en los últimos años por ejemplo, todos los países de la OCDE, entre 2009 y 2015-, debido a que el envejecimiento de la población es un factor global.

Si bien la energía está puesta en otras cuestiones ("No es el momento de discutir un tema tan importante en campaña", repiten las fuentes), los prestamistas el FMI y el riesgo país- le recuerdan al país que el déficit fiscal está vinculado al régimen previsional y que la reforma está pendiente.

Según un informe de ASAP, la Función Seguridad Social representó en los últimos 20 años, en promedio, el 40,1% del Presupuesto.

Esa participación alcanzaría el 49,1% en 2018 y el 50% en 2019 según las proyecciones del Presupuesto de 2019. "Estos aumentos en la participación de la Función Seguridad Social en 2017, 2018 y 2019 se relacionan con una mayor contención del aumento gasto en el resto de las finalidades que implican que el gasto total de la Administración crezca en menor magnitud", explica ASAP.

El gasto de la Seguridad Social está concentrado en la ANSeS, con una participación del 86,8% en 2018. La participación del Ministerio de Desarrollo Social creció de un 2,9% en 1995 a un 10,4% en 2014.

"Las prestaciones de previsión social del presupuesto de la Administración Pública Nacional requirieron un financiamiento a lo largo del período entre dos y cuatro puntos del PBI, siendo esta la medida de la presión tributaria adicional necesaria para lograr el equilibrio", agrega ASAP.

Sucede que el total del déficit prestacional previsional se proyecta al 5,1% del PBI en 2018, según calcula ASAP.

En la Argentina y Brasil el gasto previsional en porcentaje del PBI es de los más altos de América latina. En Argentina, si sólo aumentara la proporción de adultos mayores, con las mismas tasas de cobertura, pero no cambiara el mercado de trabajo, el gasto trepará a un 17% del PBI en 2045. Y el brasilero, cerca del 30% ese año, según presentó Rafael Rofman, líder del programa de Educación, Salud, Protección Social y Pobreza del Banco Mundial, en un seminario de Sustentabilidad y Suficiencia del entonces Ministerio de Trabajo.

En cambio, si la cobertura y suficiencia de la prestación converge a la de los países de la OCDE, el gasto argentino y brasilero alcanzaría un 13% de producto.

Brasil enfrenta un rápido e intenso envejecimiento de la población que encontrará la misma sobrevida para los mayores de 60 años que Europa en 2040 y los mayores serán el 33,7% de la población total en 2060- mientras permite una jubilación a los 45 y 50 años