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El gobierno del presidente Javier Milei no solo ha implementado un nuevo plan económico, sino que ha instaurado un cambio "drástico" en el régimen macroeconómico: "todo lo que servía para hacer plata -hasta diciembre de 2023-, hoy es la mejor forma de fundirse", resumió Emmanuel Álvarez Agis.

Como ejemplo, mencionó los altos niveles de stock que eran incentivados por la alta inflación y las restricciones a las importaciones pero "ya no es negocios" como tampoco se dan discusiones por precio, señaló en el encuentro anual de la Asociación de Fabricantes de Auto Componentes (AFAC).

En ese sentido explicó que en el modelo anterior predominaba una economía cerrada pero que alcanzó niveles récord de comercialización en 2022 y 2023. Sin embargo marcó que "sectores enteros de la economía que hace 10 años operan con márgenes operativos negativos que mas que se compensan con márgenes financieros positivos".

"Eso se terminó", dijo y agregó que el peso "pasó de convertirse en ´huevo podrido´: había que pasárselo al distraído", a ser la moneda que más se fortaleció en el mundo.

Tasas en récord, menos producción

Sobre los cambios macroeconómicos que lidera Luis Caputo, el ex vice ministro de Economía, cuestionó la "libre flotación" del dólar: "ya bajó las retenciones un poquito para que liquiden muchos dólares, subió la tasa de interés, permitió que entren capitales de corto plazo para apreciar la moneda y últimamente subió encajes".

Sin embargo, "hace cuatro semanas girar el descubierto valía 20% y al otro viernes 70%" lo que hizo saltar el dólar 150 pesos, dijo y aseguró que el gobierno se metió en un "lío financiero" porque "emitió mucho dinero y ahora está peleándose con los bancos".

En este punto advirtió sobre el efecto de tasas altas en los sectores productivos. "La última vez que tuvimos tasas tan altas estábamos en la convertibilidad", indicó.

De cara a octubre, proyectó que la economía "de estancada empezó a caer con tasas que hacen casi prohibitivo el crédito".

Con lo cual, todo el boom de venta de 0 km que teníamos y que la mitad se financiaba con créditos prendarios, "hoy se está empezando a parar", confirmó el economista jefe de PxQ ante unos 500 empresarios en alerta por el alza de hasta 150% en piezas y partes que llegan del exterior.

La apertura en números

El economista puso el eje en el ritmo que le está poniendo a las medidas de apertura el mileísmo y contrastó los resultados con la gestión de Mauricio Macri cuando también se inició un camino de flexibilización de importaciones.

Al nivel máximo que alcanzó la importación en relación al Producto Bruto Interno (PBI) en una serie que inicia en 1945, se suma la velocidad. "Macri tardó dos años y medio en llegar al 32% ahora tardamos un año y medio en llegar al 33%", dijo al explicar el cambio en la participación total de productos importados en la economía.

Además, otra de las patas flojas es el consumo. En la gestión del PRO se tardó 8 trimestres en recuperar el consumo (5%) y las importaciones de bienes de consumo habían crecido 30%; ahora, a cuatro trimestres el consumo se recuperó (12%) mientras las importaciones de bienes de consumo subieron 60%.

En este punto el economista apuntó a la flexibilización del "puerta a puerta" que durante la gestión de Macri "era una anécdota" pero hoy "está volando".

En concreto, Álvarez Agis, advirtió sobre las consecuencias estructurales del nuevo modelo que beneficia a sectores como la minería, el litio, o el petróleo y gas de la mano de Vaca Muerta; actividades que no pueden absorber la mano de obra que se expulsa de industrias tradicionales.

"La apertura comercial y con el dólar barato expulsa mano de obra en una cuantía y a una velocidad muy superior a las actividades que ganan porque son más lentas en su desarrollo", dijo.

Como resultado, se rompieron 180 mil puestos de trabajo y se recuperaron 30 mil, lo que genera un traspaso al sector informal con menor remuneración.

En números, indicó que por cada u$s 100 millones de inversión en esos sectores primarios se generan "con toda la furia" 80 empleos mientras que la misma inversión destruye entre 150 y 250 empleos en sectores más vulnerables a la importación como el de manufacturas.

Mientras la destrucción de empleo en las fábricas es masiva y rápida, la creación de puestos en el sector primario es lenta y limitada, resumió el economista.