Alimentos y bebidas: cuánto ganan las empresas al evadir impuestos

Las cadenas de comercialización del sector tienen obligaciones que oscilan entre el 38 y el 50% del precio final de sus productos. Ante las limitaciones a su rentabilidad muchas eligen el camino de la evasión y logran ganancias muy por encima de los comercios que están en regla.

La carga fiscal en las cadenas de comercialización de alimentos y bebidas oscila entre el 38 y el 50 por ciento de sus ingresos, por lo que de cada $ 100 del precio que el consumidor final abona por los productos que adquiere una buena parte son embolsados por el Estado, por medio del abanico de impuestos que recae sobre la actividad. 

Así, las cadenas que evadan sus responsabilidades fiscales o declaren ingresos menores a los reales se topan con la posibilidad de obtener un 80% más de utilidades que las que lograrían si estuvieran en regla, según estimó un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

Una enorme mochila fiscal

Impuesto al Cheque, Ganancias, Seguridad Social (contribuciones patronales y aportes personales), impuestos Internos (en el caso de las bebidas), impuesto al Valor Agregado (IVA), alícuotas de Ingresos Brutos y tasas municipales sobre la actividad económica son las principales trabas a la rentabilidad de las empresas alimenticias y de bebidas. 

Los productos por cuya venta se tributa un IVA reducido de 10,5% (frutas, verduras, pan y carne, entre otros) tienen un costo fiscal en el precio final de 38,1%. Es decir, de cada $ 100 pesos que se gastan en esos alimentos, más de $ 38 son explicados por los impuestos.

La proporción es mayor para los alimentos cuyas ventas tributan la totalidad del IVA, como es el caso de galletas, arroz y aceite, entre otros. El costo impositivo en estos casos asciende a 43,4%, por lo que casi la mitad de lo que paga el consumidor por cada producto se embolsa en las arcas del Estado.

"Comparando con la situación de 2015, se observa una ligera  reducción atribuible a bajas en los impuestos nacionales (eliminación de la sobretasa a la distribución de utilidades y los cambios en cheque y ganancias), en parte compensada por subas en impuestos provinciales y municipales a la actividad económica", sostuvo el Iaraf.

Por el lado de las gaseosas, el informe estima que el 49,5% del precio al consumidor se compone de impuestos. No obstante, en 2015, último año del kirchnerismo, la carga tributaria ascendía a 49,9%.

"Prácticamente la mitad del precio de este producto se explica por los impuestos y regímenes de seguridad social de cumplimiento obligatorio", señaló el Iaraf.

Y añadió: "Mientras los impuestos nacionales evidenciaron una reducción en los últimos dos años, los provinciales tuvieron un aumento."

La tentación de evadir

Una cadena de comercialización informal que evada las altas tasas impositivas obtendría elevadas ganancias en comparación con los comercios que cumplen sus obligaciones fiscales. Así, los negocios que presenten un 10% de subdeclaración de sus ingresos lograrían ganancias 31% más elevadas que los que paguen todos sus impuestos.

La brecha se incementa en los casos de quienes exhiban un 20% de subdeclaración de ingresos, pues obtendrían un 63% más que los que cumplen todas las formalidades fiscales. En este escenario, el comerciante informal paga impuestos equivalentes a la tercera parte del total que tributa quien no evade.

El alto nivel de carga tributaria genera, suponiendo el resto de las variables constante, un elevado ingreso por evadir. Según calcula el informe de la consultora, la subdeclaración del 10% de las ventas incrementa las utilidades en un 40%; mientras que la del 20%, la eleva al 80%. 

"Esta situación abre la posibilidad de vender a menor precio, lo que deriva en competencia desleal para los agentes económicos que operan en la formalidad, y consecuentemente su pérdida de participación en el mercado que compiten", concluyó el Iaraf.

Temas relacionados
Más noticias de supermercados

Las más leídas de Economía y Política

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés