El acuerdo con el FMI entró en su recta final, con la expectativa puesta en que se cerrará a mediados de abril. La incógnita más urgente es el primer desembolso y si seguirá la política cambiaria actual de devaluaciones del 1% mensual.
El staff anunció que alcanzó un acuerdo técnico con las autoridades argentinas por un crédito de u$s 20.000 millones para apoyar "la próxima fase de la agenda de estabilización y reforma de Argentina destinada a afianzar la estabilidad macroeconómica, fortalecer la sostenibilidad externa y desbloquear un crecimiento sólido y más sostenible, al tiempo que gestiona el contexto mundial más desafiante".
El directorio trataría este viernes el programa y se esperan definiciones sobre el desembolso inicial, punto en el que no hubo consenso en la última reunión de la mesa directiva.

La directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, había planteado la posibilidad de que hubiese un primer giro por u$s 8000 millones sobre el total de u$s 20.000 millones al que podría ascender el acuerdo. Sin embargo, cobró fuerza la especulación de que serán u$s 12.000 millones iniciales.
"Un desembolso inicial aún mayor dejaría al FMI prácticamente sin poder de negociación para modificar el rumbo del programa económico, especialmente si el Gobierno decide usar los fondos para intervenir agresivamente en el mercado cambiario", analizaron desde Max Capital.

Con este esquema de desembolsos, los vencimientos del nuevo programa comenzarían en 2029 y se solaparían con los de la reestructuración con el Fondo que acordó el exministro de Economía, Martín Guzmán.
Así, el perfil de vencimientos ascendería a u$s 2221 millones en 2027 para duplicarse en 2028 a u$s 4354 millones y alcanzar su máximo en 2031 con u$s 9300 millones.
¿Qué pasa con el tipo de cambio?
Las dudas sobre cuál será la política cambiaria luego del acuerdo sacudieron al mercado ya antes del cimbronazo que sacudió al mercado global.
Desde la primera, observaron que "un mayor nivel de desembolsos anticipados por parte del FMI probablemente requerirá una mayor flexibilidad cambiaria al inicio del programa, aunque seguimos viendo poco probable que se eliminen las restricciones de forma inmediata".
Así, un primer escenario implica que no habrá cambios hasta octubre, por el proceso electoral. En este caso, el crawling peg se mantendría al 1% hasta julio y luego iría a cero "para profundizar la desinflación". Sin embargo, este escenario lo consideraron "poco probable" por los requerimientos que tendrá el FMI.
El último escenario, también menos viable, es el de un tipo de cambio flexible inmediato para los flujos. Esto permitiría una rápida convergencia del dólar hacia el Contado con Liquidación y un posterior establecimiento de bandas. Se mantendrían algunas restricciones sobre la cuenta financiera que se quitarían con el tiempo, en especial después de las elecciones, llevando al escenario del fin del cepo antes de fin de año que había delineado el Gobierno.
Desde Adcap analizaron otros tres escenarios que, en base a las negociaciones con el FMI, el mercado pone en valor.
El primero sería de un salto inicial del 15% con bandas de +/- 10%, que llevaría a una caída de la brecha al 5%, escenario en el cual el Gobierno lograría coordinar expectativas y con una potencial recomposición de reservas, en línea con uno de los puntos centrales en negociación con el Fondo, que es la posibilidad de que el Gobierno engrose la posición del Banco Central.
El segundo escenario que visualizaron fue también de un salto inicial de 15% con bandas en +/- 10%, pero con la brecha aún en 20% porque el anuncio de un acuerdo no consiga reducirla.
El último escenario es el de bandas sin salto cambiario, en el que la brecha ascendería al 35%, lo que se traduciría en un mayor costo sobre las reservas y mayor presión a la brecha, "lo que podría terminar forzando una salida desordenada más adelante".





