NEGOCIACIÓN CLAVE A LAS PUERTAS DE LA CAMPAÑA 2019

Vidal y Larreta debaten cómo sortear el costo político del traspaso de las eléctricas

Sin haber pactado aún la transferencia, ambos discuten con la Casa Rosada las condiciones en que pasarían Edenor y Edesur, y quién se responsabilizará por la próxima suba de tarifas

Sabiéndose parte importante del plan oficial para modelar la discusión del Presupuesto 2019, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta ya avizoran el traspaso del control de las compañías eléctricas que prestan servicio en el área metropolitana de Buenos Aires, sin desconocer el costo político que las eventuales subas de tarifas y las deficiencias de los servicios de Edenor y Edesur puedan ocasionarles en su imagen política en un año electoral.

Por estas horas, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires y el jefe de gobierno porteño avanzan con Marcos Peña y Rogelio Frigerio afinando el lápiz de cómo será ese traspaso, y en qué condiciones se cristalizará.

A ninguno de ellos se les escapa que la suba de los combustibles y la aceleración de la inflación afecta los costos reales del servicio, que irremediablemente habrá que trasladar a boletas para recortar los subsidios y cumplir el objetivo de reducir el déficit al 1,3% del PBI el próximo año. Eso, si acaso se puede, sin desbalancear sus arcas, y sin perder imagen entre sus electores.

Desde la óptica porteña, tomar la concesión de las compañías eléctricas supone la capacidad de regular un servicio sobre el cual no tenía control. El traspaso será para Larreta una victoria en su afán de ganar autonomías, pero también un dolor de cabeza cuando llegue el verano y se repitan los cortes, sin la posibilidad de deslindar responsabilidades, como ocurría ahora.

Pero antes de eso resta convenir el procedimiento legal para efectuar la transferencia de Edenor y Edesur. Sucede que la misma constitución de sus contratos las restringe a la órbita nacional, por lo que hay una cuestión de "gobernanza corporativa" por resolver.

Mientras los números de las eléctricas recién van apareciendo sobre la mesa, en la Casa Rosada, en la gobernación bonaerense y en el palacio municipal de Parque Patricios se concentran en evaluar la reducción de los subsidios al transporte público de pasajeros, que ya tenía pautado con un declive paulatino hacia 2021, pero que ante la urgencia del contexto se acelerará al próximo año.

Así, resultaron relevantes las señales del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, que la semana pasada deslizó la posibilidad de una nueva "variación tarifaria" y, por ende, un costo político más asumido desde Balcarce 50.

Como ocurre con las eléctricas, aquí también aparece un limbo legal, referente a cómo acotar los subsidios de las líneas de colectivos interurbanas que cruzan de capital a Provincia, y que hoy insumen cerca de $ 17.000 millones. Sacando estos casos, la Nación podría ahorrarse hasta $ 9000 millones, solo con descargar los subsidios en los colectivos que transitan por los límites de la Ciudad, y otra cifra no discriminada para Provincia.

Entre medio, la paritaria de los choferes de la UTA, fijada en 26%, se encuentra parada, a la espera de una definición al respecto de quién pagará, a futuro, por esta variable clave junto con el combustible a la hora de rever los subsidios.

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