Tres escenarios posibles para la economía de Alberto Fernández

El economista Ricardo Arriazu simuló la economía de 2020 y señaló las inconsistencias de los asesores del candidato presidencial.

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El economista Ricardo Arriazu presentó los tres escenarios que le podrían esperar a la economía en 2020, siempre bajo el supuesto de que Alberto Fernández se consagrará presidente en las elecciones del 27 de octubre.

En la 40° Convención del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), que se realiza hasta esta tarde en el Hotel Llao Llao de Bariloche, Río Negro, Arriazu consideró que "la economía estará en recesión con elevada tasa de inflación, deterioro fiscal, bajo nivel de reservas y nulo financiamiento".

La situación se agravará, según él, porque el gasto previsional y social es ajustable con ley de movilidad jubilatoria, los salarios tienen cláusula gatillo y los contratos están indexados.

Así, el superávit comercial también se irá perdiendo por el control de capitales, que provocaría la aparición de diferentes mercados de cambios para eludir la restricción.

Arriazu planteó que frente al "nulo financiamiento" el Gobierno podrá recurrir a elevar los encajes de los depósitos en dólares, el swap con China, el "sinceramiento fiscal" y los hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, lo que implica un riesgo porque "solo para mantener la producción de petróleo y gas natural se necesitan inversiones por u$s 4000 millones anuales", dado que si se para la actividad en el shale la producción de un pozo cae 70% en un año.

Para el economista, el próximo Gobierno deberá minimizar la salida de capitales, podría reestructurar la deuda, acudir a un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) e incluso privatizar empresas públicas o tocar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses).

Con todo, Arriazu identificó tres escenarios posibles en un gobierno de Alberto Fernández:

  • Gobierno de moderados (intervencionistas) con apoyo de los gobernadores peronistas y sindicatos, del mercado y de los organismos internacionales.
  • Alberto Fernández intenta hacer equilibrio entre corrientes moderadas y reclamos heterodoxos que conviven en el espacio del Frente de Todos (FdT).
  • Gobierno de heterodoxos

En el escenario 1 o A, habría reconocimiento de las restricciones financieras y una búsqueda de financiamiento con suba de impuestos al campo (retenciones ad valorem), a los bancos (ganancias de tipo de cambio) y a los patrimonios.

También se observaría una renegociación amigable de la deuda y un "reperfilamiento" con el FMI, con lo que Argentina podría conseguir el desembolso de los tramos restantes del acuerdo vigente al mantener el equilibrio fiscal.

Aquí, recordó que a Argentina le faltarían unos u$s 35.000 millones en 2020 para cerrar su programa financiero y unos u$s 41.000 millones si se cae el acuerdo con el FMI, pero el año que viene la mayoría de los vencimientos serán en pesos, y en 2021 y 2022 vendrán los grandes vencimientos internacionales.

Arriazu planteó que frente al "nulo financiamiento" el Gobierno podrá recurrir a elevar los encajes de los depósitos en dólares, el swap con China, el "sinceramiento fiscal" y los hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, lo que implica un riesgo porque "solo para mantener la producción de petróleo y gas natural se necesitan inversiones por u$s 4000 millones anuales".

En este panorama, podría haber un acuerdo de precios y salarios para romper la inercia inflacionaria y acuerdos multisectoriales para fortalecer el desarrollo de Vaca Muerta.

Además, habría una reforma previsional, rápida eliminación del cepo y una fuerte recesión inicial pero sin escalada de la inflacion (no habrá emisión para financiar el déficit).

Como resultado, las mejoras de la economía llegarán después del primer año.

Cuatro escenarios de colisión para la economía global

Expansión alerta sobre cuatro escenarios de conflicto actual que podrían generar, según como se resuelvan, consecuencias en el resto del mundo. Además dela situación económica de nuestro país, menciona a la guerra comercial, el Brexit y la disputa entre EE.UU. e Irán.

Ya en el escenario 2 o B, de puja entre las corrientes que conviven en el espacio que probablemente gobernará a partir del 10 de diciembre de 2019 y que asesora a Alberto Fernández, el ala heterodoxa presionará y pondrá en jaque la consistencia del programa.

El nuevo Gobierno iniciará con un pacto social en el que aumentarán los salarios y las jubilaciones y se congelarán los precios, sin reformas políticas de fondo.

En cuanto a la deuda se acordaría con los tenedores locales y se demoraría una decisión sobre la deuda de legislación extranjera.

La política de desarrollo creará un "Banco Industrial" por "enésima vez" para dar fomento, financiado con fondos públicos, una receta que, según Arriazu, siempre fracasó en la Argentina.

Para ello, subirán los impuestos pero no podrá compensar el incremento del gasto, con lo que se caerá el acuerdo con el FMI, se ampliará la brecha cambiaria, se deteriorará el sector externo por menor crecimiento de las exportaciones y se restringirán las exportaciones.

Esto llevará a que se endurezca el control de cambios y que la economía muestre signos de crecimiento en un primer momento, pero las inconsistencias del programa llevarían a una aceleración de la inflación y a un cambio de política hacia el escenario 1-A o 3-C.

Éste último escenario sería de "populismo económico", falta de reconocimiento de las limitaciones de financiamiento, restricciones a las libertades individuales y cambios políticos.

En lo que sería la situación más grave, se controlarán precios y salarios con aumentos de los sueldos y las jubilaciones disociados de la productividad, Juntas de Granos y Carnes (como propuso Felipe Solá tiempo atrás) o instituciones similares -deficitarias- para intervenir en los mercados.

Si sucediera esto, se emitirán pesos para financiar el déficit fiscal y créditos para la producción.

Esto arrojaría una mejor demanda agregada por el impulso fiscal y crediticio, mejorará la actividad económica y se deteriorará el sector externo.

Cuando explote, surgirá la escasez, el desabastecimiento, trepará la inflación y desembocará en una crisis económica con mayor conflictividad política y social.

De todas formas, Arriazu matizó: "Esto es ficción, es una simulación".

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