FINAL PARA EL PRIMER CRUCE FUERTE DE LA INTERNA KIRCHNERISTA

Scioli aceptó las disculpas de Randazzo pero retrucó: "Mi cara a cara es con Macri"

"Siempre busco descomprimir las situaciones que pueden generar conflicto", se justificó el gobernador. Ambos compartieron ayer la inauguración del Centro Néstor Kirchner

"Cuando yo competía, no estaba mirando la lancha del otro", suele repetir Daniel Scioli su filosofía motonáutica que aplicará en la campaña electoral. Con esa estrategia como primer mandamiento, mientras en su tropa se empujan para responder las agresiones de las trincheras randazzistas, el gobernador bonaerense se aisla en un cómodo refugio de amianto. Pero el presidenciable hizo una excepción ante el error no forzado del ministro de Transporte e Interior, con su festejado "proyecto manco" por Carta Abierta, amplificado por el cuasi llanto de Karina Rabolini.


"Yo me muevo en la vida sin rencor. Siempre busco descomprimir las situaciones que pueden generar conflicto, acepto las disculpas (que Randazzo escribió en Twitter) y punto", afirmó Scioli ante radio La Red, sacando tajada del traspié de su competir en las futuras internas K. Y sin necesitar nombralo.


Scioli fue más allá en el ninguneo, clásica táctica naranja al punto que la tropa ferroviaria celebró el llanto de Rabolini porque fue la primera vez que "nos dieron entidad". "Mi cara a cara es con (Mauricio) Macri. Dos visiones de país", añadió, remarcando la polarización con el jefe de Gobierno porteño que alimenta hace meses.


Después del cruce, ayer ambos estuvieron bajo el mismo techo, del inaugurado Centrol Cultural Néstor Carlos Kirchner en el ex Correo Central, luego de dos faltazos de Scioli a actos K: el festejo en Salta y el acto randazzista de anteayer en Retiro (fueron otros gobernadores). No se cruzaron. Ambos pusieron un punto final. O punto y coma, mejor dicho, ya que ni siquiera los llamados de bajar de decibeles de algunos ultraK apaciguaron las críticas del chivilcoyano.


El baño de ideas para la interna, reclamado por Cristina Fernández de Kirchner con su "basta de pantomimas" reencauzará ambas estrategias. La Presidenta es la virtual jefa de campaña de ambos. De Randazzo, con sus gestos para volverlo competitivo en la interna; y de un Scioli hoy ultracristinizado en lo discursivo, al rememorar la histórica lejanía de la Casa Rosada con La Plata. El primero piensa en las PASO, el segundo en las generales. "Hay que ver cómo vota el kirchnerismo en las primarias, pensando en un candidato alineado o en uno que pueda ganarle a Macri", es la justificación naranja.

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