Rosenkrantz: "Sin empresas y sin empresarios ningún país puede desarrollarse"

El presidente de la Corte Suprema de Justicia inauguró el tercer día del Coloquio que se realiza en Mar del Plata. Hizo hincapié, especialmente, en la relación entre la Justicia y el sector corporativo.

En el día de cierre del 55° Coloquio de Idea, tal vez el que mayor protagonismo político tendrá de los tres, el presidente de la Corte Suprema Carlos Rosenkrantz concentró su discurso en la relación entre empresas y derecho. En ese sentido, sostuvo que las empresas son plataformas de cooperación y que “son aliados estratégicos en el más importante desafío nacional. Ese desafío consiste en la generación de la riqueza necesaria para que podamos mejorar la situación de todos, en especial la situación de quienes hoy están peor. Dado que las empresas tienen este rol crucial, nuestro país debe dejar de pensar en las empresas con las lentes de la ideología. Sin empresas y sin empresarios ningún país puede desarrollarse .

El titular de la Corte expuso el día después a que el máximo tribunal rechazara el reclamo del Gobierno para convocar a una audiencia por el fallo en el que se decidió dar marcha atrás con la rebaja en el IVA a consumidores y en el Impuesto a las Ganancias.

Rosenkrantz destacó también que reconocer la importancia de las empresas trae consigo una consecuencia que a veces suele pasar desapercibida. Afirmó que las empresas tienen una responsabilidad social especial más exigente que las de muchas otras organizaciones frente al derecho de su comunidad. En esa línea, dijo que ello se justifica porque “las empresas y los empresarios acceden a una porción significativa de los beneficios de la cooperación social y a mayores beneficios siempre deben adicionarse mayores responsabilidades .

El Presidente de la Corte sostuvo que esa responsabilidad tiene dos rasgos muy singulares. Por un lado, destacó que las empresas deben cumplir el derecho de modo voluntario porque, “de la misma forma que no podemos garantizar la salud de un país solamente con hospitales, el cumplimiento generalizado de las normas jurídicas no depende solamente de que haya jueces o de que sus decisiones puedan ser impuestas por la fuerza. Depende en realidad de la identificación con el derecho de aquellos a quienes el derecho se dirige . 

Por otro lado, subrayó que ese compromiso con el acatamiento voluntario del derecho debería ser siempre constante y visible a toda la sociedad porque las empresas contribuyen a modelar la cultura de una sociedad: “Si trabajadores, proveedores, inversores, acreedores y consumidores vemos que las empresas honran el derecho, todos nos dispondremos mejor a honrar el derecho del mismo modo y a participar en otros proyectos comunes que necesitan de la cooperación de todos. Más aun, si las empresas ven que sus competidoras hacen visible el cumplimiento del derecho, entonces harán lo propio, con lo que seguramente disminuirán los incentivos para buscar privilegios o prebendas indebidos, que no son solamente malos para todos porque afectan el interés económico general sino también malos para los propios empresarios en su conjunto porque socavan el espíritu emprendedor que debe caracterizar al empresariado. El acatamiento constante y visible del derecho generará las condiciones para una competencia saludable que, a su vez, promoverá el bienestar económico general .

En ese contexto, Rosenkrantz subrayó la importancia general de cumplir con el derecho. Dijo así que “en nuestro país tenemos la tendencia a justificar el incumplimiento propio de las reglas invocando el incumplimiento ajeno. Se trata de una situación que debe evitarse a toda costa porque provoca una espiral descendente: el incumplimiento de unos incentiva el incumplimiento del resto que a su vez incentiva el incumplimiento de los primeros y, en esas condiciones, las actividades cooperativas son sencillamente imposibles. El modo en que, según lo creo, esa situación puede evitarse es rompiendo el círculo del incumplimiento. Si algunos violan las reglas, ello no debe ser visto como una justificación para hacer lo mismo.  Por ello la existencia de comportamientos ejemplares es crucial .

En definitiva, concluyó el ministro, las empresas “deben asumir el papel de líderes en la formación de una cultura cívica en las que honrar al derecho debe ser un valor visible y central .

Respecto del poder judicial, Rosenkrantz sostuvo que su responsabilidad consiste en aplicar puntillosamente el derecho, lo que significa que “los jueces debemos esforzarnos para decidir del modo en que quede fuera de toda duda, para cualquier ciudadano razonable, que la decisión que se adopta no es la que pueden sugerir nuestras preferencias políticas, ideológicas o morales sino que es la impuesta por el derecho de nuestra comunidad .

Destacó que muchos veían esta idea con suspicacia en virtud de una idea extendida según la cual “el derecho no tiene respuestas unívocas y que, por ello, los jueces siempre imponen sus preferencias políticas, ideológicas o morales usando la coartada de que están aplicando el derecho . En esa línea, destacó que esa suspicacia se debe, entre otras razones, a que “se ha ido extendido una cierta manera de entender el derecho según la cual los textos de la Constitución y de las leyes no son lo más importante. Para esta visión, deformada a mi criterio, lo que más importa no es el derecho sino lo que cada uno considera justo . Sobre dicha idea afirmó: “Creo que esta concepción del derecho está gravemente equivocada. Tenemos distintas visiones de lo justo y, por consiguiente, necesitamos el derecho para regular nuestra convivencia. Solo con el derecho la cuestión de cuáles son nuestras obligaciones dependerá de criterios objetivos y no de quién sea el encargado de juzgar .

Para concluir, afirmó que las responsabilidades de las empresas y de los jueces estaban vinculadas: “Si hay jueces que aplican el derecho y no su concepción de lo justo, entonces las decisiones judiciales se volverán predecibles y, si hay decisiones judiciales predecibles, los empresarios sabrán a qué atenerse. Por su parte, si las empresas muestran un compromiso constante y visible con el derecho, la espiral descendiente del incumplimiento se evitará. Todo ello genera un marco dentro del cual las empresas podrán producir más, lo que a su vez ayudará a que podamos desarrollarnos mejor como país y a que podamos honrar el primer imperativo ético de una comunidad decente, que no es otra cosa que atender a la situación de los que están peor .

Al terminar, Rosenkrantz destacó que el país necesita mayor predictibilidad: “La predictibilidad es indispensable porque hace posible la confianza lo que, a su vez, facilita la cooperación. La calidad de una sociedad está determinada por la intensidad con la que confiamos los unos en los otros. Nuestros modos de interacción con los demás, y por consiguiente nuestro bienestar como comunidad, dependen fundamentalmente de que creemos las condiciones en las que la confianza impere. Cualquier acción significativa que emprendamos en nuestra vida exige que creamos en el otro, que nos pongamos un poco en sus manos y que nos sintamos seguros al hacerlo. El derecho requiere que cada uno de nosotros haga su parte. Solo así será posible vivir en una comunidad constituida para el beneficio de todos .

Temas relacionados

Las más leídas de Economía y Política

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés