LUEGO DE SIETE AÑOS Y MEDIO DE GESTIÓN Y TRAS HABER SOBREVIVIDO A SEIS MINISTROS

Renunció Guillermo Moreno y le despeja elcamino al nuevo tándem Capitanich-Kicillof

Partirá a una posición diplomática en Italia. Desgastado y resistido, atribuyen su salida a un gesto a gobernadores y a pedidos del jefe de Gabinete y el titular del Palacio de Hacienda

Tras más de siete años y medio al frente de un verdadero Ministerio de Economía paralelo, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, renunció ayer. Su dimisión se hará efectiva el 2 de diciembre. El funcionario se convertirá en agregado económico en la embajada argentina en Italia.

El anuncio corrió por cuenta del secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, a las 20. Confirmó que la presidenta Cristina Fernández aceptó la dimisión.

La renuncia de Moreno sorprendió a varios funcionarios del Palacio de Hacienda, que ayer por la tarde preparaban la transición del mando de Hernán Lorenzino a Axel Kicillof. Hasta media hora antes de la lectura del comunicado, las versiones coincidían en que Moreno iba a continuar en su cargo, al igual que el resto de los secretarios del Ministerio de Economía (ver aparte).

Si bien Moreno especulaba ante empresarios con su salida y decía anhelar una silla en el directorio del Banco Nación, se fue enfrentado con toda la conducción de Economía. Sólo tenía a Kicillof de aliado ocasional, pero con más encontronazos que acuerdos. No sobrevivió a sus últimos dos enemigos internos: la presidenta del Banco Central Mercedes Marcó del Pont y Lorenzino.

Poco después del anuncio, el nombre de Augusto Costa se impuso como probable sucesor de Moreno. Costa, uno de los jóvenes economistas del equipo de Kicillof, fue subsecretario de Competitividad y luego recaló en la Cancillería como secretario de Relaciones Económicas Internacionales. Hasta ayer, la secretaria de Comercio Exterior y mano derecha de Moreno, Beatriz Paglieri, permanecía al frente de su cargo.

La dimisión fue interpretada como un mensaje hacia los gobernadores peronistas que reclamaban cambios en la política económica y achacaban a Moreno buena parte de los problemas de las economías regionales, por la inflación y trabas a la importación de insumos.

Distintas fuentes oficiales le atribuyeron la cucarda al nuevo jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Los más osados sugirieron que Capitanich pidió la renuncia del secretario para aceptar el cargo. Otros, más moderados, dieron cuenta de algo negociado entre el hasta ayer gobernador de Chaco y la presidenta. También en la CGT oficial pedían su cabeza. Unos y otros veían a Moreno desgastado, resistido por funcionarios y con cada vez menos peso entre el empresariado al que Lassie como lo llamaba el ex presidente Néstor Kirchner solía ladrar.

"Capitanich tenía sus diferencias con Moreno por las economías regionales. Podría haber sido su moneda de cambio para asumir", esbozó una fuente de Gobierno. Un mes atrás, Capitanich había negado ante El Cronista tener deseos de formar parte del Gabinete.

Así, la cabeza de Moreno sería una ofrenda al peronismo.

El Partido Justicialista se subsumirá a Cristina. Como gesto, el apoderado Jorge Landau presentará hoy a la jueza federal, María Servini de Cubría, un escrito para volver a postergar las internas partidarias del PJ Nacional para el año que viene. La excusa legal: los padrones a nivel país están incompletos. Y la real: con la jefa de Estado de nuevo en funciones esperan órdenes para diagramar el renacimiento institucional justicialista, cuya principal silla heredó Daniel Scioli de Kirchner. Por ahora hay cierto consenso para seleccionar un conductor inocuo (proponen al gobernador jujeño Eduardo Fellner). Un dirigente sin aspiraciones para integrar una fórmula en 2015.

También Kicillof capitalizó la salida de Moreno, que definitivamente le dará mucho más poder sobre la macroeconomía, quizás bajo la órbita del más ortodoxo Capitanich. Kicillof trabajó para Capitanich en la década del noventa y retomaron rápidamente el contacto en los últimos días. El jefe de Gabinete se enteró de su flamante cargo el martes pasado. Desde entonces, las reuniones entre el chaqueño y quien hoy jurará como ministro de Economía fueron varias, confirmaron cerca del nuevo titular del Palacio de Hacienda. Una fuente del Partido Justicialista comulgó con esta versión: "No fue el Coqui; a lo sumo lo debe haber conversado con Kicillof, que es el que más gana con la salida de Moreno", dijo.

Agárrense

Moreno llegó a Economía el 12 de abril de 2006 desde la Secretaría de Comunicaciones del Ministerio de Planificación. "Agárrense", les advirtió por entonces un empresario del sector de Telecomunicaciones a los miembros de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal).

La entonces ministra de Economía, Felisa Miceli, había empezado a firmar acuerdos de precios para contener la inflación, que aceleraba. Una disparada del precio de la carne llevó el IPC de marzo a 1% y provocó la llegada de Moreno, en un cargo creado ad-hoc: la Secretaría de Comercio Interior. Luego vinieron la intervención del Indec, en enero de 2007, y la creciente influencia en todos los ámbitos de la economía, sobre todo tras la muerte de Kichner. En el medio pasaron seis ministros de Economía y la inflación aceleró. Desde diciembre de 2006, creció 283%, según mediciones provinciales.

Moreno se mantendrá activo hasta el último día. Ayer comunicó a Kicillof que el viernes a las 17 se reunirá con empresarios para persuadirlos de que compren Baade, su última y, por ahora, estéril gesta.

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