Las subas de naftas alertan a la industria alimenticia

En medio de su reclamo por la finalización de Precios Máximos, la industria afirma que estos incrementos deben acelerar ese proceso. El Gobierno teme que esto genere subas injustificadas

El incremento de 2,5% promedio en el valor de las naftas que anunció la estatal YPF -camino que el resto de las petroleras promete seguir- presiona sobre buena parte de los costos de las empresas de diferentes sectores. Las compañías advierten que este movimiento no hace más que obligarlos a repensar su esquema de costos, por lo que no descartan que, en breve, deban subir sus precios.

Pero el segmento en el que más resonó la suba de los combustibles es el de los alimentos. En el sector advierten que este movimiento "es un golpe más que recibimos", y sostienen que esto "no hace más que obligar al Gobierno a rever todo el esquema de control de precios que mantiene vigente".

Esto tiene que ver con que las alimenticias mantienen desde hace ya un tiempo una serie de desencuentros por la continuidad del programa Precios Máximos, que se inició el 19 de marzo de este año, a partir de una resolución que congeló los valores de unos 300 productos, y obligó a retrotraerlos al 6 de marzo, aunque luego el Gobierno permitió aumentos en julio y setiembre, del 2% y 6% respectivamente.

Estas subas -entienden las alimenticias- no fueron suficientes para sobrellevar los incrementos que debieron soportar durante los últimos ocho meses. Por ejemplo, hacen eje en el alza de 32% del dólar oficial, el 40% de las materias primas, o el 28% de los salarios.

Esta problemática no se da ahora sólo por las subas que tendrán que afrontar las empresas en términos logísticos, por ejemplo, sino por el incremento que aplicarán sus proveedores, que luego deberían las propias alimenticias trasladar a sus precios finales. Pero hoy no lo pueden hacer por las limitaciones que les genera Precios Máximos.

"Venimos reclamando desde hace mucho que se ponga un fin a esta política. Nació como una urgencia, lo entendimos y aceptamos, pero es imposible considerar que se puede mantener una política de este tipo casi durante un año. No hay forma de resistir", sostuvo un empresario del rubro alimenticio.

En este sentido, la postura del Gobierno es diferente. Está dispuesto a dar de baja Precios Máximos -e ir reforzando la canasta de productos de Precios Cuidados-, pero de modo gradual, y no de un día para el otro, como pretende la industria alimenticia.

Lo que todavía no está definido es en qué momento y cómo se comenzará a diluir este sistema de control inflacionario. Uno de los grandes temores que tiene el Gobierno al respecto es cómo reaccionarán los precios una vez que venza este sistema.

De acuerdo con las estimaciones de los especialistas, el rubro alimentos cerrará el año con un incremento de 40%, y será uno de los que mayor movimiento hacia arriba muestre. De hecho, durante los últimos meses el segmento Alimentos y Bebidas no Alcohólicas es el que más está empujando la inflación.

En octubre pasado, por ejemplo, este segmento mostró un alza de precios de 4,8%, con lo que sumó en lo que va del año un aumento es del 26,9%.

Desde Copal insisten en que, por la realidad económica y la caída del consumo, una fuerte suba de precios no sería la estrategia más acertada tras la salida de Precios Máximos.

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