PRAT-GAY Y FRIGERIO VUELVEN A APELAR A LA NECESIDAD DE FONDOS POR PARTE DE LAS PROVINCIAS

La Rosada alerta con no vetar Ganancias y que el costo lo paguen los gobernadores

El Gobierno busca a Pichetto y Perotti como interlocutores y citó a ministros de Hacienda de las provincias para discutir los números del "proyecto Massa" y el del oficialismo

El Gobierno está listo para jugar una carta fuerte en la pulseada con la oposición por la reforma del Impuesto a las Ganancias. Advierte incluso con no hacer uso del veto presidencial si el Senado convierte la media sanción de Diputados en ley. Y citó para esta tarde a todos los ministros de Hacienda de las provincias en el Salón de los Escudos en el Ministerio del Interior, ya con Rogelio Frigerio de regreso de su viaje a China y con la presencia del ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay.

En ese encuentro les avisarán a los representantes de las provincias que a la luz de nuevas estimaciones hechas por Hacienda y por una sorpresiva fe de erratas introducida en la media sanción de Diputados, el costo fiscal total se acercará a los $ 140.000, que recaerá en mayor medida sobre los propios distritos del interior, ya que el Poder Ejecutivo reasignará transferencias para obras con la idea de contener el impacto sobre su propio déficit fiscal.

El dato que alteró los escenarios de negociación es una modificación que el Frente Renovador y el Frente para la Victoria pidieron introducir como una fe de erratas en el texto ya aprobado, antes de que fuera girado ayer al Senado. El cambio altera la fórmula de deducciones (popularizada como la tabla de Machinea) que tenía las mismas discontinuidades que la de 1999, por otra fórmula similar que las evita, lo que en la práctica hace mucho más alto el costo fiscal. Una fuente del oficialismo precisó que solo este punto le agrega $ 10.000 millones a la cuenta.

El tema Ganancias predominó ayer en casi toda la agenda oficial con el objetivo primero de frenar el proyecto opositor.

En una reunión que tuvo lugar hace una semana Sergio Massa y Diego Bossio acordaron sacar la ley con el senador Miguel Angel Pichetto. Ahora el rionegrino Pichetto está en la mira, tanto de aquellos a los que dio su palabra como del oficialismo, donde ayer destacaban su predisposición al diálogo durante todo el año con el gobierno nacional. También buscaban como interlocutor al santafesino Omar Perotti y apostaban a que se escuche al salteño Rodolfo Urtubey quien propuso una tercera opción que integre al oficialismo y a la oposición ("estamos de acuerdo con que el mínimo no imponible sea de $ 44 mil pero no coincidimos con que los que ganan más contribuyan menos", dijo, entre otros conceptos).

La Rosada entonces apuesta a la "racionalidad" de Pichetto, Perotti y Urtubey. "Estamos haciendo el punteo uno por uno y es posible que no lleguen con los votos", cambiaba el humor un funcionario que participó ayer de una de las tantas reuniones que se sucedieron en Balcarce 50. Por la mañana estuvieron, en la habitual reunión semanal de coordinación, el presidente Mauricio Macri; el jefe de gabinete Marcos Peña; el ministro del Interior Rogelio Frigerio; el senador Federico Pi nedo; el ministro Francisco Cabrera y los hombres fuertes en materia económica, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Más tarde hubo otra reunión. Algunas figuras se repitieron: Peña, Figerio; el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el diputado Luciano Laspina; el titular de la AFIP, Alberto Abad y Paula Bertol, secretaria de Relaciones Parlamentarias. Ninguno tenía certezas de que el peronismo pueda convertir en ley Ganancias. Tampoco de que vaya a ocurrir lo contrario.

Por eso el esfuerzo se puso en el primer paso: demostrar la inviabilidad de Ganancias en la comisión de hoy. Paso dos: asustar con los números a los ministros de Hacienda y sus gobernadores. Pero hay una nueva alternativa, con viso de amenaza. En la Casa Rosada se plantearon que si el Senado transforma la iniciativa en ley, no se la vete,para no poner todo el costo político sobre los hombros del Presidente. Prevalece por ahora esta idea que de alguna manera esbozó la senadora Laura Rodríguez Machado, jefa del bloque del PRO, en diálogo con FM Palermo. "Sería una posición muy cómoda de muchos legisladores y gobernadores que sabiendo que el Presidente puede tomar esa decisión (por el veto) dicen estoy de acuerdo para ponerse en el bolsillo a los trabajadores". Esa comodidad es lo que el Gobierno busca sacudir. "Será responsabilidad de los gobernadores instruir a sus senadores porque si así no lo hacen no está claro que el Presidente vaya a vetar esta reforma", alertó Rodríguez Machado que fue incluso más allá y recordó la importancia del 2017: "Se pone en una encerrona al Gobierno nacional, situación que se les va a venir en contra a los gobernadores de provincias kichneristas a las que se va a dejar sin recursos en un año electoral".

Anoche en la Rosada insistían con que la oposición no tiene todos los votos (lo mismo dijeron en Diputados y el cálculo falló) y daban su interpretación sobre la carta pública de Massa: "Frente al planteo de Urtubey que divide a los senadores, es una apertura al diálogo y al consenso sobre un nuevo proyecto".

El titular de Interior, estará hoy a las 10 en la reunión de comisión del Senado, donde se discutirá formalmente el impacto del proyecto, acompañado por el jefe de los recaudadores. Frigerio por la tarde recibirá a los ministros de Hacienda de las provincias, ante quienes expondrá cuál es el costo fiscal recalculado, y qué piensa hacer el Ejecutivo para financiarlo si sale la ley. La cuenta que maneja ahora el oficialismo habla de un costo bruto total de $ 140.000 millones, que bajaría a $ 120.000 millones con los impuestos que propone crear el proyecto opositor.

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