Kiguel ve caída extra de la economía por la demora en cerrar con bonistas

El economista participó de la cuarta jornada de la ExpoEFI y cuestionó el ejercicio de sustentabilidad que realizó el Ministerio de Economía para presentar la oferta de canje vigente. Además, consideró que la economía caerá más de 10% este año y calculó que cada mes de cuarentena suma 1,1% al déficit fiscal.

En la cuarta jornada de la ExpoEFI 2020, el economista Miguel Kiguel sostuvo que la demora en el acuerdo por la renegociación de la deuda y en la salida de la cuarentena por el coronavirus moderará la recuperación que pueda experimentar la economía en los últimos meses del año, al tiempo que señaló que tanto el Gobierno como bonistas deben flexibilizar sus posiciones para que la reestructuración llegue a buen puerto.

En un panel integrado también por sus colegas Marina Dal Poggetto y Daniel Artana, Kiguel consideró que cada prórroga para la aceptación del canje de deuda aporta incertidumbre a la economía y retrasa la inversión, por lo que indicó que la Argentina podría tener una recesión incluso mayor a la de 9,9% que previó el miércoles el Fondo Monetario Internacional (FMI).

"La deuda se demoró bastante más de lo que sería bueno para un escenario de recuperación, cada mes que se prorroga genera más incertidumbre. Dentro de una economía que está complicada y desalienta la inversión. Si esto se sigue postergando, las chances de una recuperación en 'V' son menores y crecen las cchanes de una evolución en 'L'.", dijo el director ejecutivo de la consultora Econviews.

Agregó: "Las proyecciones que hizo el FMI de casi 10% están en el rango, creemos que puede ser un poco más por la demora de la deuda y la extensión de la cuarentena, eso hace que la recuperación vaya a ser más lenta."

Respecto a la deuda, Kiguel remarcó que la Argentina está en default, pero enfatizó que el eventual acuerdo con los bonistas "está cerca", aunque ambas partes deben flexibilizar sus condiciones. "El acuerdo está cerca, sería raro que no lo haya. Se va a necesitar flexibilidad de ambas partes", señaló.

En ese orden, el economista cuestionó el análisis de sustentabilid de la deuda esgrimido por el Gobierno, por el que ofrece solo hasta u$s 49,9 cada u$s 100 del Valor Presente Neto (VPN) de los títulos a integrar, mientras que los bonistas exigen en promedio u$s 56 cada u$s 100, al señalar que se trata de un ejercicio que "no considera eventuales cambios en políticas posteriores".

"El Gobierno viene usando este ejercicio de sustentabilidad que usa el Fondo para medir cuánto es lo máximo que puede pagar, es un ejercicio muy cuestionable. Tiene muchos errores técnicos, pero el principal tema es que no considera cambios en políticas económicas, que es lo que el Fondo le va a pedir cuando empiece un programa. Toma el déficit fiscal, inflación y otras variables como dadas, pero cuando el FMI venga seguramente no va a tomar esas variables, sino que va a buscar otras cifras. Este análisis de sustentabilidad no es la biblia", dijo.

En cuanto a las diferencias con los acreedores, Kiguel comentó que espera que del acuerdo surja la colocación de un bono nuevo atado a exportaciónes o a la evolución del producto bruto interno, aunque indicó que el primero "no tendría sentido", dado que las exportaciones pueden crecer en un año de caída de la actividad, por lo que se terminaría pagando más deuda en un eventual año recesivo.

"Hay dos temas clave de la deuda, los temas financieros y los legales. Una de las discusiones pasa hoy por sobre si va a haber un cupón nuevo atado a PBI o a exportaciones. Creo que alguno va a haber, pero debería ser a PBI y no a exportaciones, que no tiene mucho sentido por cómo son nuestros ingresos fiscales, porque podemos exportar más con un PBI en caída", afirmó.

Y agregó: "Y las cuestiones legales tienen que ver con que si a los bonistas de 2005 y 2010 se les va a mantener las cláusulas de acción colectiva (CACs) que son más benévolas para los tenedores. Los de 2016 se quieren subir a esas CACs, lo que no tendría ningún sentido. Después hay temas técnicos de cómo se va a hacer la oferta, respecto a la reasignación de los bonos y la llamada estrategia 'pacman'."

 

Complicaciones fiscales

En su proyección actual, el economista consideró que el año cerrará con un déficit fiscal de entre 6,5% y 7% del PBI, pero advirtió que cada mes que se prolongue la cuarentena sumará cerca de 1,1% del PBI al agujero fiscal, lo que compromete severamente a las cuentas públicas de una economía que arrastra desequilibrios hace años.

"Esa recuperación tiene un impacto fiscal grande, el déficit fiscal va a ser de 6,5% o 7% del PBI, con un primario de cerca de 5%. La pandemia hizo inevitable el incremento del gasto público, se requería un estímulo fiscal para las empresas y asegurar que los sectores más vulnerables tuvieran un ingreso. Va a depender de cuándo se sale de la cuarentena y qué tipo de asistencia se mantendrá después. Nos da 1,1% más del PBI por cada mes de cuarentena.", señaló. 

Y agregó: "De todas maneras, en algo se está compensando porque se ve una caída de salarios reales en el empleo público y en las jubilaciones, y eso suaviza un poco el aumento del déficit, aunque sigue siendo importante. Sale caro en términos fiscales mantener la cuarentena, entendemos lo que se hizo en abril y mayo pero se entró en un camino más riesgoso en lo tocante a lo fiscal."

 

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