¿En campaña? El Papa habló sobre deportar extranjeros, armas y la reforma laboral

El pontífice recibió al embajador argentino en el Vaticano y al resto del cuerpo diplomático y dejó conceptos sobre temas que Cambiemos testea para la contienda electoral.

Si bien su prédica siempre apunta a un público universal, el papa Francisco no olvida ni se desentiende de la Argentina, a la cual envía señales por diversos canales, con variada repercusión, ya transitando un año electoral.

Este lunes, el pontífice recibió al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, incluido el embajador argentino, Rogelio Pfirter, en el Palacio Apostólico del Vaticano.

Ante buena parte de los representantes de los 183 estados con los que Roma tiene relación, el jesuita compartió una evaluación del contexto geopolítico y trazó declaraciones que chocan con los últimos anuncios del Gobierno, sobre todo en materia de seguridad, migraciones y trabajo.

La agenda de Seguridad

Poco después que el Gobierno confirmara la decisión de incorporar armas de electroshock para custodiar trenes y aeropuertos,  el antiguo arzobispo de Buenos Aires consideró "lamentable observar que el mercado de armas no parece sufrir contratiempos" y advirtió sobre "una tendencia cada vez más generalizada a armarse, tanto por parte de los individuos como por parte de los Estados".

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que se adquirirán pistolas estilo Táser, como las que Mauricio Macri, siendo Jefe de Gobierno porteño, intentó incorporar en 2010 a la Policía Metropolitana, pero que le fueron impedidas de utilizar por un fallo judicial que, en 2015, fue finalmente revocado.

Al respecto, en un encuentro con la Delegación de la Comisión Internacional contra la pena de muerte sucedido hace pocos días, Bergoglio se refirió específicamente a la Argentina, criticando la resolución de Bullrich que modifica el empleo que las fuerzas federales de seguridad pueden hacer de las armas letales. El Papa se mostró entonces preocupado y habló del riesgo de cometer "ejecuciones extrajudiciales".

Política migratoria

Asimismo, Francisco también pareció referir un mensaje contrario a la renovada intención del Gobierno de deportar a los extranjeros que delinquen. Frente a esta actitud, el jesuita llamó la atención de los gobiernos para "ayudar a quienes han emigrado debido al flagelo de la pobreza, a todo tipo de violencia y persecución, así como a desastres naturales y trastornos climáticos, y para facilitar la medidas que permitan su integración social en los países de recepción".

Por el contrario, el Papa elogió a Colombia y a "otros países de la relación", entre los que se cuenta la Argentina, por abrir las puertas a la migración compulsiva de venezolanos que huyen de la crisis social, política y humanitaria que acontece en el país gobernado por Nicolás Maduro.

Reforma laboral

Finalmente, el Papa también habló sobre "las condiciones de los trabajadores", cuando la Casa Rosada reaviva parte de la reforma laboral que se frustró tanto en 2017 como 2018. Para el obispo de Roma, "si no se protege adecuadamente, el trabajo deja de ser el medio por el cual el hombre se realiza y se convierte en una forma moderna de esclavitud".

Bergoglio alertó sobre la pérdida de "garantías económicas y sociales para los trabajadores", y volvió a la carga contra "las nuevas formas de esclavitud", la "disminución progresiva del valor de los salarios" y "la discriminación persistente de las mujeres en entornos laborales".

La relación diplomática entre la Casa Rosada y el Vaticano se tornó "sobria e institucional", al decir del embajador Pfirter (un diplomático de carrera) luego de una etapa de cercanía extrainstitucional forjada por el kirchnerismo y su embajador político, Eduardo Valdés.

El último encuentro entre el Papa y el presidente Macri sucedió en octubre de 2016.

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