El día en que Alemania se convirtió en buitre

"Me gustaría un país como Alemania", confesó Cristina Fernández de Kirchner en octubre del 2007, durante su primera entrevista como Presidente de los argentinos.

Hoy, para el Gobierno, Alemania se convirtió en buitre. Es la acusación formal que lanzó el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich esta mañana cuando aseguró que “Alemania siempre ha tenido una actitud hostil hacia la Argentina. Esa posición hostil es favorable a los fondos buitre".

El funcionario no mencionó las relaciones fluídas que tanto Néstor como Cristina Kirchner han mantenido con Alemania en la última década.

Néstor Kirchner viajó por primera vez a Berlín en 2005. Y allí, luego de entrevistarse con el entonces canciller alemán, Gerard Schroeder, le agradeció "el indudable apoyo político" de su gobierno a la Argentina, luego de la crisis financiera por la que había atravesado el país. "Los argentinos siempre le vamos a agradecer (a Schroeder) porque fue el único que estuvo en la Argentina cuando el país explotó", recordó el ex presidente.

Incluso antes de llegar a la Casa Rosada, en una gira como candidata presidencial en 2007, Cristina sintonizó con su colega Angela Merkel, quien la recibió durante treinta minutos. Luego vinieron una serie de encuentros en el marco de cumbres presidenciales diversas, y una gira oficial en 2010, cuando la canciller germana recibió a la Presidente con honores militares.

En ningún momento el Gobierno de Cristina acusó a Alemania de ser “hostil”, pero sobre todo, de estar del lado de los fondos buitre, un conflicto que tiene más de una década y que involucra a bonitas alemanes perjudicados por el default.

Pero dos situaciones molestaron al Gobierno en las últimas semanas. Primero, el voto de Alemania en Naciones Unidas, que se opuso la moción argentina para crear un marco jurídico internacional contra los fondos buitre.

El desaire diplomático se sumó a las declaraciones del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, reproducidas por El Cronista, quien había asegurado que "en la Argentina insultan a los fondos y los llaman «buitres», pero la causa del problema es la propia Argentina”.

Es el segundo chisporroteo bilateral por opiniones desfavorables a la postura argentina. La semana pasada, el encargado de la embajada estadounidense, Ken Sullivan, fue citado por el canciller Héctor Timerman a su despacho, en protesta por sus declaraciones sobre la necesidad de que la Argentina salga del default en el que se encuentra actualmente.

En la lógica Patria o Buitres, que tiñe el discurso oficial, no hay lugar para las críticas. Ni internas, ni externas. Ni de los países que Cristina admiraba, como Alemania.

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