El FMI pide un plan al Gobierno y proyecta rebote de 4,9% para la economía argentina en 2021

Confirmó las proyecciones de caída de 11,8% para este año y anticipó que la misión volverá a la Argentina el mes próximo, para analizar el plan del Gobierno y avanzar con un nuevo programa

Una caída de 11,8% este año y un rebote de 4,9% para el próximo. Así espera el Fondo Monetario Internacional que se mueva el Producto Interno Bruto argentino en los próximos 14 meses, siempre y cuando el Gobierno presente un plan que garantice una sostenibilidad macroeconómica de mediano plazo.

Esa fue una de las condiciones que señaló hoy Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, para la aprobación de un nuevo programa del organismo con la Argentina, que los enviados del organismo continuarán analizando con las autoridades el mes próximo, cuando regresen al país.

"El Gobierno está en el proceso de reformulación de un plan integral que puede ser apoyado por un programa del FMI", confirmó el funcionario del organismo y aclaró: “Este programa tiene que encontrar el balance apropiado entre ayudar a las familias más afectadas por la pandemia y recuperar a la economía argentina, pero también tiene que establecer bases para recuperar la estabilidad macroeconómica en Argentina

"Nuestro equipo regresará a la Argentina en noviembre y en la medida en que se llegue a una visión común sobre el plan, si es conducente, será apoyado con un programa financiero del Fondo", dijo y remarcó que el fracaso del programa anterior no condiciona una nueva aprobación. "El hecho de que el programa haya fallado la última vez no tiene por qué significar que lo hará esta vez", consideró.

Lo hizo en el marco de la conferencia prensa que brindó en Washington para presentar las últimas proyecciones del organismo para América Latina y el Caribe, en la que se destacó que la crisis económica desatada por la pandemia de coronavirus borrará parte de los avances sociales logrados en la región hasta el 2015, al exacerbar las extendidas condiciones de pobreza e informalidad laboral.

Werner señaló que para la región "se proyecta una contracción del PIB real de 8,1% en 2020, y crecimiento de 3,6% en 2021" y alertó que "en la mayoría de los países el PIB no retornará a los niveles prepandémicos hasta 2023, debido a las duraderas secuelas económicas de la crisis".

En el informe sobre Perspectivas Económicas, el FMI adjudicó a la "incertidumbre sobre las políticas domésticas" la caída de los bonos argentinos. Allí, sostiene que si bien "los precios de los bonos se recuperaron al concluir los procesos de renegociación de la deuda, disminuyeron recientemente reflejando, en parte, incertidumbre sobre las políticas domésticas".

Sin embargo, consideró que la Argentina y Ecuador "emprendieron una exitosa reestructuración de su deuda soberana en 2020, en medio de crecientes preocupaciones acerca de la sostenibilidad de la deuda y de presiones financieras".

El FMI destacó que las reestructuraciones de deuda aliviarán los pagos durante la próxima década en u$s 33.300 millones en el caso de la Argentina. Y prevé que reduzcan la relación deuda pública/PBI al 40% en el país. Además, señala que no actualizará por ahora las proyecciones para la Argentina porque "en gran medida están vinculadas a las negociaciones aún en curso sobre el programa".

Perspectivas

En el reporte regional, el Fondo indicó que los riesgos del panorama continúan sesgados a la baja, con una notoria incertidumbre relacionada con la emergencia sanitaria en el mundo.

En especial, el documento señaló que la pandemia en Latinoamérica evolucionó a un ritmo de "combustión lenta" mediante un largo e ininterrumpido periodo de aumentos de casos y muertes, que disparó las tasas de letalidad pese a la significativa baja de la movilidad en la mayoría de los países.

"Los indicadores de movilidad de facto hacen pensar que el cumplimiento de las medidas de contención se ha debilitado con el transcurso del tiempo", dijo el FMI, al llamar la atención sobre las dificultades de los gobiernos para aplicar medidas de distanciamiento social y brindar atención médica eficiente a fin de frenar los costos humanos.

Se estima que en el segundo trimestre de este año, unos 30 millones de personas perdieron sus empleos, lo que según el Fondo conllevará a un "shock grave" en la desigualdad de ingresos en América Latina y el Caribe, que ya tenía uno de los índices más altos de disparidad económica antes de la pandemia.

El documento destacó que las principales economías de la región -entre ellas Brasil, México, Chile y Perú- presentaron algunas de las cifras más altas per cápita por coronavirus en el mundo y que es probable que las cuentas oficiales estén subestimando esta medición.

A pesar de que las condiciones financieras y de actividad se han tornado favorables desde abril, "las perspectivas a mediano plazo apuntan a una recuperación lenta, debido a los costos económicos duraderos, y la mayoría de los países no retornarán al nivel del PIB previo a la pandemia hasta 2023", afirmó.

La semana pasada, el Fondo con sede en Washington mejoró su panorama sobre la contracción que sufrirá este año la región a 8,1% respecto de la proyección aún más severa emitida en abril. De todas formas, la estimación mitigada constituye la peor debacle económica en la historia de América Latina, refirió el organismo. 

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