Con los templos cerrados, evangélicos piden ayuda al Estado para seguir su tarea social

Le llevaron al Presidente la inquietud sobre cómo se les redujo drásticamente la recaudación a través del diezmo. Sostienen que podrían discontinuar la atención a los más vulnerables. Desarrollo Social articula una transferencia de fondos.  

El presidente Alberto Fernández recibió en la residencia de Olivos a pastores de las principales iglesias evangélicas desplegadas en la Argentina para tener un reporte exhaustivo de la asistencia que están brindado a la población más vulnerable, fundamentalmente a través de la iniciativa #SeamosUno, que comparten con empresas, el catolicismo y ONG.

La visita a Olivos sirvió, de paso, para que los religiosos también plantearan al jefe de Estado las dificultades económicas que atraviesan por el cierre de los centros de culto y su preocupación ante la posibilidad cierta de quedarse sin recursos para atender a la gente.

Fernández recibió el martes por la tarde a los dirigentes de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), que reúne principalmente a creyentes metodistas, y luego a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera), la asociación más representativa de esta religión, con la que se identifican más del 15% de los argentinos, de acuerdo a un reciente relevamiento del Conicet.

Los pastores de Aciera hicieron un balance del reparto de ayuda alimentaria en el Gran Buenos Aires y otros conglomerados urbanos y, entre otros temas, plantearon al Ejecutivo un sombrío estado financiero de las congregaciones, que pone en jaque la atención de drogadictos en recuperación, a mujeres embarazadas vulnerables y a la ingente cantidad de familias que acuden por comida. Fernández comprendió y le encomendó al secretario de Culto, Guillermo Olivera, encontrar una forma para paliar esta situación.

A diferencia de los templos de la ciudad de Buenos Aires, en muchos barrios del Conurbano y el Interior los centros de reunión facilitan la recolección de la ofrenda económica. Sin celebrar el culto, el diezmo que promueven los pastores entre sus feligreses es nulo e impide continuar la ayuda social. Desde el evangelismo insisten que, a diferencia de la Iglesia católica, no demandaron reanudar las celebraciones.

Fernández, el secretario general Vitobello y el de Culto, Oliveri, estuvieron con los pastores.

"Hay un resentimiento muy fuerte en la generación de recursos, y de seguir así, ¿qué le vamoss a dar a la gente necesitada si no tenemos con qué?", señaló a este diario Rubén Proietti, presidente de Aciera. "El presidente -agregó- lo entendió bien y se comprometió a ver cómo solucionar esta necesidad real".

 

Asistencia en camino

Los evangélicos también son tajantes en referencia a la separación de la Iglesia y el Estado. "Nosotros no vamos a aceptar subsidios, pero si es algo puntual puede ser", comentó Proietti.

Mientras desde la Secretaría de Culto avanzan las gestiones, el Ministerio de Desarrollo Social prepara una transferencia de $ 10 millones a las iglesias evangélicas para extender la asistencia alimentaria en el Gran Córdoba. 

A diferencia de la anterior gestión, en la cual los evangélicos recibieron en varias ocasiones bolsones de comida para repartir en barrios populares, la gestión del ministro Daniel Arroyo optó por entregarles el dinero contante y sonante con el objetivo de acelerar la llegada de la ayuda al destinatario final. Mucho más aún tras el escándalo que se generó por la compra con sobreprecios en alimentos de primera necesidad.

Aunque el manejo de recursos del Estado incomoda, Aciera aceptó frente a la necesidad y asegura que montará un operativo especial para administrarlos con transparencia.

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