Por la crisis, se paran las plantas y el uso de la capacidad bajó a 60,1%

El impacto de la primera corrida cambiaria, que se produjo a fin de abril, ralentizó el ritmo de producción en las fábricas. 

En línea con la contracción de 5,7% interanual de la actividad industrial, el uso de la capacidad instalada de las fábricas cayó en julio por tercer mes consecutivo y se ubicó en 60,1%, informó ayer el Indec.

La merma en el uso de las fábricas comenzó a registrarse a partir de mayo, mes en el que comenzaron los coletazos de la primera corrida cambiaria. En abril, la capacidad instalada de la industria había tocado el pico del año, ya que había registrado un nivel de utilización de 67,6% y a partir de allí comenzó a caer: se ubicó en 65,1% en mayo, después cayó a 61,8% en junio y de ahí a 60,1% en julio. Con esta contracción, el uso de las instalaciones volvió al nivel que habían registrado en febrero de 2017.

A nivel sectorial, solo cinco de las doce ramas industriales que mide el Indec usaron más del 60,1% de su capacidad. Estos sectores fueron Industrias metálicas básicas (86,3%); Papel y cartón (73,8%); Productos del tabaco (73%); Minerales no metálicos (71,4%) y Refinación de petróleo (66,2%).

En el extremo opuesto se ubicaron Productos alimenticios y bebidas (58,9%); Edición e impresión (58,6%), Productos de caucho y plásticos (54,3%); Productos textiles (53,6%); Metalmecánica excepto automotores (51,1%); Sustancias y productos químicos (50,8%) e Industria automotriz (48,1%).

Leandro Mora Alfonsín, economista y director ejecutivo de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), le dijo a El Cronista que el dato "es esperable porque es un síntoma de la retracción económica y de la recesión que está comenzando". 

"Las fábricas suspenden horas extras o se opera en menos turnos, lo cual marida con la pérdida de puestos industriales que se viene viendo", señaló el economista.

En efecto, el empleo industrial fue el más afectado desde el inicio de la gestión de Mauricio Macri. Según datos oficiales, desde diciembre de 2015 se destruyeron 83.213 puestos de trabajo. Y las proyecciones no son las mejores, porque las expectativas empresarias de incorporación de personal están en su piso en cuatro años.

Pablo Dragún, director del Centro de estudios de la UIA, indicó que con el "escenario de incertidumbre y altas tasas de interés" es "poco probable" que se produzcan inversiones. "Es difícil pensar que alguien va a querer producir más cuando le sobra lo que tiene", aseguró.

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