Churba: "La moda argentina es competitiva por su creatividad"

Fue uno de los pioneros  en exportar a mercados de vanguardia como Japón; hoy, apuesta por las alianzas colaborativas con apoyo financiero del Estado para superar la crisis de producción y consumo que afecta al sector.

Emprendedor de pura cepa, Martín Churba comenzó su carrera en Nueva York, donde ofreció su conocimiento en técnicas textiles a los estudios que representaban a artistas plásticos y vendían sus diseños a las grandes etiquetas. “Cuando hice esas telas, lo primero que me pasó fue que me vi tentado a confeccionarme ropa con ellas. En ese momento no había creatividad textil: cualquier cosa rara que hicieras en tela, te la apoyabas en el cuerpo, como si fuera un pantalón, y decías wow , evoca.

Uno de los hitos de su hoja de vida fue su alianza con Jessica Trosman, que los convirtió en protagonistas de la gran (r)evolución del diseño de indumentaria en la Argentina. Después llegó Tramando, una plataforma que combina boutique y laboratorio textil.

¿Cuál es la estrategia para afrontar el impacto de la crisis económica en tu emprendimiento?

Ser aguerrido, tener mucha fuerza, seguir peleándola fuerte. No soy una gran empresa textil del país, pero represento a una comunidad de creadores. Y considero que estamos en una situación desfavorable. Es muy caro producir moda en la Argentina: la industria textil está desactualizada y es desleal. Además, la creatividad es ilimitada pero, como arma para subsistir, también es muy frágil. Se necesita ayuda crediticia y financiera para desarrollarse en un contexto donde no basta con tu propia fuerza. Hace 6 meses que me apoya el Ministerio de Producción, en un trabajo con foco en los distintos frentes de crecimiento para Tramando.

¿Por qué es tan cara la ropa made in Argentina?

El consumidor se siente muy mal comprando moda local porque, cuando viaja, paga entre dos y tres veces más barato. Entonces, cree que le robamos y nos compramos champagne para todo el fin de semana. Y no es real. Piensa que la diferencia la hace el productor pero, en verdad, cuando abrís los números, demostrás que esa diferencia con el mercado externo no nos queda a nosotros. Es muy injusto, pero de cada $ 100 que vende mi local, a mí, para pagar lo que le acabo de entregar al cliente y descontando impuestos, alquileres y costos de comercialización, me queda un 40 %, o sea, $ 45. Con esa plata tengo que pagar lo que te llevaste y generar ganancias.

¿Cómo se revierte esa percepción distorsionada?

A mí me parece bien que los consumos se piensen más porque el dinero, hoy, es otra cosa. Hasta hace dos años, el dinero no tenía valor, porque todo lo pagabas en cuotas. Pero un negocio como el mío, que tiene temporalidad y ofrece algo que a los 6 meses se desvaloriza porque pierde vigencia, se ve muy perjudicado. Si produjera las cosas que hago hoy y las pudiera vender dentro de un año, sería distinto. Claro que mis diseños son atemporales, pero la moda está asociada al concepto de lo nuevo. Entonces, se termina dándole un valor a la temporalidad que juega en contra en términos del negocio. Esa situación no pasa en otras industrias.

¿Creés que una salida posible para el sector es impulsar una marca país asociada al diseño de indumentaria?

Buenos Aires tiene una propuesta fuerte que genera mucho impacto en los consumidores de la región: vienen porque encuentran riqueza creativa. Habría que trabajar desde la industria para que este negocio crezca más allá de las fronteras y que los creadores podamos ser, también, embajadores del país. Tenemos un lugar que defender y cuidar, y también una oportunidad para crecer, que tiene que ver con la moda y la creatividad: esa es la pelea a dar, porque no podemos competir con el precio, pero sí con el valor agregado. Hay que ofrecer algo diferente para que el mundo lo venga a buscar.

¿Ves viable un esquema de alianzas colaborativas entre diseñadores argentinos o los egos lo dificultarían?

Creo que llegó el momento de tomar fuerza entre todos. Esta época tiene que ver con juntarte con aquellos con los que podés potenciarte. No sé si podemos enfrentar la dinámica del fast fashion ni la crisis del consumo. Pero pienso que la manera de transitar esta coyuntura es generando sistemas de fortalecimiento. ¿Y cómo te fortalecés? Aliándote con colegas, grupos exportadores y representaciones colectivas donde esté el que necesita identidad, otro que ofrece financiamiento, alguno que aporta gestión.

La versión original de esta entrevista fue publicada en la edición 194 de Clase Ejecutiva, la revista lifestyle de El Cronista.

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