

Julio Humberto Grondona falleció a los 82 años en el Sanatorio Mitre, tras ser intervenido de urgencia por la rotura de la arteria aorta.
Grondona permaneció más de 35 años como presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Además, fue vicepresidente de la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA), la multinacional más poderosa del mundo con la curiosidad de no pronunciar una sola palabra en inglés. También ocupó la Presidencia de la Comisión de Finanzas y el Consejo de Mercadotecnia y Televisión de esa entidad.
Como logros más importantes de su mandato, se encuentra el Mundial ganado por la Selección Argentina en México 1986 y los dos subcampeonatos, en Italia 1990 y, el reciente, en Alemania 2014.
Más allá de los varios campeonatos obtenidos por selecciones juveniles bajo su mandato y la construcción del complejo en Ezeiza, su gestión fue muy cuestionada y polémica.
Sin embargo, con una cintura política ejemplar, siempre consiguió seguir adelante y nadie pudo arrebatar su poder. Sentado en su sillón de presidente de AFA, vio pasar (y adecuarse) a gobiernos de facto y democráticos. Sin dudas, fue tan hábil para moverse y delegar, como para sumar enemigos de peso.
Su habilidad para ejercer el liderazgo comenzó a gestarse en 1956, cuando junto a varios amigos del barrio de su infancia construyó Arsenal de Sarandí.
Desde el 1957 hasta 1976 fue presidente de ese club, y a partir de allí, empezó a gestar su poder.
Luego, entre 1976 y 1979, llegó a la presidencia de Independiente, donde consiguió dos títulos: Campeón Nacional 1977 y Campeón Nacional 1978.
Luego de que la Selección Argentina consiguiera su primer Copa del Mundo en 1978, el gobierno de facto designó durante el Proceso de Reorganización Nacional a Grondona como presidente de la AFA, en lugar del represor Carlos Lacoste.
Murió Grondona, dirigente al que por siempre le pertenecerán acusaciones del tipo: "AFA rica, clubes pobres".


