Financial Times: Por qué Trump ya no menciona el déficit comercial con China

El presidente de Estados Unidos no logró cumplir con una promesa central de su campaña electoral en 2016.

Mientras Donald Trump se prepara para el tramo final de la carrera presidencial después de la convención republicana, un contraste evidente con su campaña de 2016 es su silencio sobre el déficit comercial de Estados Unidos con China.

Durante la convención, Trump criticó a China por todo, desde su responsabilidad por el coronavirus hasta sus abusos de los derechos humanos contra los uigures en Xinjiang. Pero a medida que se acercan las elecciones de noviembre, el presidente se volvió notablemente silencioso en cuanto al comercio.

Durante la campaña de 2016, Trump se comprometió a endurecer su postura con respecto al comercio con China, al que acusó de "violar" a EE.UU. Después de iniciar una guerra comercial con Beijing, logró un limitado acuerdo comercial en enero. Pero ese acuerdo parece tambalearse y el déficit comercial sigue siendo obstinadamente alto.

El déficit comercial de bienes de Estados Unidos con China en 2016 era de u$s 347.000 millones. En 2019 fue marginalmente menor, alcanzó los u$s 345.000 millones.

Ryan Hass, un experto en China de Brookings Institution y asesor informal de la campaña de Joe Biden, dijo que, durante la campaña de 2016, Trump se comprometió a negociar mejores acuerdos comerciales para los trabajadores estadounidenses y les pidió a los votantes que usaran el tamaño del déficit como una "medida" de su éxito.

"La razón por la que no quiere hablar sobre el comercio ahora es que no quiere que los medios de comunicación hagan análisis forenses", agregó Hass.

Peter Navarro, el asesor comercial de la Casa Blanca, señaló que los aranceles que impuso Trump a las exportaciones chinas habían "ayudado a reducir significativamente nuestro déficit comercial de bienes" y que la Casa Blanca "seguirá combatiendo la agresión económica de China".

Navarro afirmó que el déficit había "alcanzado su punto máximo" en 2018 en u$s 418.000 millones, cuando Trump comenzó a fijar aranceles, y luego cayó un 18%, o sea que se redujo en u$s 74.000 millones en 2019. Agregó que en la primera mitad de 2020, el déficit había caído 21% en comparación con el mismo período del año pasado, aunque eso se debió en parte al impacto de la pandemia en el comercio mundial.

Se negó a comentar sobre el hecho de que el déficit de 2019 apenas se modificó con respecto a la cifra de 2016.

La semana pasada, Robert Lighthizer, el representante comercial de EE.UU., adoptó un tono optimista sobre la implementación del acuerdo comercial de fase uno después de una llamada con Liu He, su par chino.

Pero el trato muestra signos de debilidad. Ocho meses más tarde, China va camino a no cumplir los objetivos del acuerdo, que decía que en dos años a partir de 2020, China compraría u$s 200.000 millones más en bienes y servicios estadounidenses que en 2017, antes del inicio de la guerra comercial.

Según el Instituto Peterson de Economía Internacional, las exportaciones estadounidenses a China de los productos incluidos en los compromisos fueron de u$s 48.500 millones, en comparación con un objetivo prorrateado hasta la fecha de u$s 100.700 millones.

Chad Bown, del Instituto Peterson, dijo que la relación comercial entre EE.UU. y China se había deteriorado con Trump a pesar del acuerdo de fase uno. Afirmó que no ha visto ningún movimiento apuntado a abordar los problemas estructurales más generales.

A principios de este mes, Trump dijo que China estaba "más que cumpliendo" sus compromisos, lo que llevó a Tony Blinken, un asesor principal de Biden, el candidato presidencial demócrata, a acusarlo de tratar de engañar a la gente.

“El gobierno chino fue más hábil que el presidente Trump en todo momento , aseguró Blinken. “En lugar de combinar su discurso duro con la acción real, el presidente Trump ha retrocedido una y otra vez .

Algunos funcionarios de la administración quieren que Trump ataque a China en el área de comercio como parte de la intensa campaña en contra de todo, desde la tecnología y el espionaje hasta la imposición de China de una ley de seguridad nacional draconiana en Hong Kong.

A medida que Trump se vuelve más tajante hacia Beijing en cuestiones no comerciales, afirma cada vez más que Biden sería tan débil que China "sería el dueño de nuestro país". Sin embargo, deja evidencia que puede debilitar su argumento, incluyendo el elogio al presidente Xi Jinping por su manejo del brote de Covid-19 en los primeros días de la pandemia.

Paul Haenle, un exasesor sobre China de la Casa Blanca, señaló que los funcionarios de línea dura con respecto a China en la administración han destacado los problemas que tenemos con China pero no han tratado de resolverlos . Haenle, quien ahora dirige el Centro de Política Global Carnegie-Tsinghua, añadió: “No puedo descifrar cuál es su objetivo. Es más una actitud o emoción y menos una política. No es bueno para la seguridad nacional de EE.UU .

La administración se ha apresurado a destacar algunos éxitos, incluyendo persuadir al Reino Unido y a otros aliados de no utilizar los equipos de Huawei, la compañía de telecomunicaciones china que, según Washington, ayuda a China a participar en el espionaje.

En declaraciones a la convención, Mike Pompeo, el secretario de Estado norteamericano, dijo que Trump había "eliminado los acuerdos comerciales ridículamente injustos" cuando "reveló la agresión depredadora del Partido Comunista Chino".

Sin embargo, aunque Trump crea que criticar a China lo puede ayudar a derrotar a Biden en noviembre, hay algunas señales de que los estadounidenses no están convencidos. Una reciente encuesta de Gallup señala que 57% de los consultados desaprueba la forma en que Trump ha manejado las relaciones con China.

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