DESDE 2008 LLEVA PAGADOS U$S 12.000 MILLONES EN DERECHOS

Spotify cumple 10 años y la industria musical se rinde a sus pies

La compañía sueca paga u$s 20 a las discográficas por cada usuario, mientras que Youtube, el otro gigante del streaming, remunera a los artistas con menos de un dólar.

La plataforma sueca de música en streaming cumple hoy 10 años. En la actualidad cuenta con más de 180 millones de usuarios activos al mes en 65 países que pueden escuchar más de 40 millones de canciones, podcasts y 3000 millones de listas de reproducción, siendo el tiempo total de escucha de streams hasta la fecha de unos 16 millones de años.

A partir de su lanzamiento, la "diversidad de escucha", es decir, el número de artistas que el usuario promedio escucha por mes, aumentó alrededor de 8% anual, en los últimos diez años. Desde 2015 esta diversidad aumentó un 40%, lo que significa que las personas escuchan a un mayor número de artistas de forma regular.

Su llegada se convirtió en un verdadero "salvavidas" para la industria de la música. Este sector, que generaba casi u$s 23.300 millones en el año 2000 pasó a menos de u$s 20.000 millones en 2008 y tocó fondo en 2014 con u$s 16.000 millones, lo que supuso una contracción de casi el 40%, según cifras que acaba de publicar la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI).

Solo en los últimos tres años se volvió a la senda del crecimiento, hasta los casi u$s 20.000 millones en 2017, gracias justamente al empuje del streaming, que ingresó el 38% de los ingresos totales tras subir su facturación un 41% de un año a otro, mientras los formatos físicos siguen hundiéndose, con la excepción del renacido vinilo.

En este sentido hay que decir que Spotify es también el servicio que más retorno económico proporciona al negocio de la música con casi u$s 12.000 millones abonados a los titulares de derechos al 31 de agosto de 2018, de acuerdo a cifras de la propia plataforma. Por cada usuario paga u$s 20 a las discográficas, mientras que Youtube ofrece menos de un dólar.

Sus efectos se han dejado sentir no solo en lo económico.

Desde el principio definió su modelo de negocio con una opción de pago "premium" que permite por ejemplo la escucha sin conexión a internet y, sobre todo, con una suscripción gratuita con publicidad que democratizó un acceso inmediato y permanente a la música.

Por otra parte, con el streaming el consumidor de música ya no estuvo mas obligado a comprar un disco entero si lo único que le interesaba es un tema, lo que devolvió a la industria a sus inicios, con el peso de los lanzamientos en los simples y no en los álbumes.

Sin embargo, y a pesar de su impactante salida a bolsa en abril, Spotify no consigue aún un balance económico positivo, ya que desde su creación se mantiene en pérdidas (u$s 1500 millones en 2017), aunque sus ingresos han progresado de forma notable hasta los casi u$s 5000 millones el año pasado.

A la búsqueda de mejorar en este aspecto, además de intentar la conversión de suscripciones gratuitas al formato "premium", procura también "reducir costos operativos mediante acuerdos directos con artistas de peso y permitiendo su distribución directa", indicó Ángel Navas, analista de la web Industria Musical, a la agencia Efe.

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