Las conexiones ilegales a los servicios de televisión paga son un verdadero problema para el sector, muy difícil de resolver desde hace muchos años.

Un reporte reciente de la consultora especializada Dataxis, el cual incluye a los siete mercados más importantes de América Latina, como Brasil, México, Argentina, Colombia, Perú, Venezuela y Chile, destaca que en 2014, la piratería representó el 11% de la televisión paga en la región, donde los países con mayor cantidad de usuarios con accesos irregulares son Brasil, Argentina y Colombia.

Esto significa que los hogares con TV paga "pirata" o ilegal sumaron unos 7,8 millones, en las plazas mencionada.

En este sentido, Walter Burzaco, presidente de la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC), reveló a El Cronista que en Argentina el nivel de conexiones ilegales alcanza un estimativo del 14% de la población conectada (la cual asciende a unos 9 millones de hogares). En tanto, en términos económicos, también se estima que representa una pérdida para los operadores de cable de alrededor de $ 300 millones.

"La carga de informalidad es alta", dijo Carlos Blanco, director de investigación y analista sénior de Dataxis, quien también es el autor del reporte. Y agregó un dato llamativo "Si consideramos el volumen, la piratería sería el tercer operador virtual en el mercado".

Dataxis estimó además que la televisión paga ilegal alcanzará 8,5 millones de hogares en 2018, en los mercados más grandes de América Latina.

"La piratería se ha estado desarrollando más lentamente que el mercado formal", anticipó Blanco de todas formas. Por consiguiente, la carga de informalidad sería reducida a un 8,8% de la TV paga.

Según el informe, el 59,6% de los piratas utilizó opciones satelitales durante este año. Y el DTH podría acumular hasta 80,5% del mercado informal en 2018. Se detectaron diversas prácticas llevadas a cabo con el fin de acceder al servicio de forma gratuita o a un precio bajo. O sea que también hubo operaciones comerciales basadas en piratería, y se realizó tanto en sistemas analógicos como en digitales, en ambos casos con grandes niveles de sofisticación.