Había una vez un país que no estaba en terapia intensiva

Postales de una Argentina no tan lejana en la que las crisis parecían ser cuentos de terror que no volverían a leerse.

Madrid, 24 de febrero de 2017, cinco grados de temperatura, siete y media de la tarde-noche. En el Palacio del Pardo, que fuera en su momento residencia oficial de Francisco Franco, Mauricio Macri y Juliana Awada conversan amablemente con el Rey Felipe VI y la Reina Letizia, mientras Antonia, tímida ante un auditorio de unas 300 personas que la miran embelesados, pasea con su niñera. La cena queofrece Argentina a la realeza oficia de devolución a la invitación de la noche anterior en el Palacio Real. Hay choripanes en miniatura bien jugosos, empanaditas de carne calientes y de fondo se los ve a Francisco "Pancho" Cabrera y otros ex funcionarios de Producción siguiendo el ritmo de "La Ventanita", el tema del grupo de cumbia Sombras que un artista invitado para la ocasión está cantando en tono de bolero.

Apenas dos años y medio pasaron de esa jornada casi idílica para Macri y su equipo. Parece otro país el actual, en comparación al que se respiraba en aquella gira y que se confirmó ocho meses después, con un contundente triunfo de Cambiemos en las legislativas de todo el país. Vale el repaso de momentos en que el modelo de Argentina que imaginaba el Presidente empezó a tambalear, hasta llegar al crítico agosto que cerró el sábado y el incierto septiembre que comenzó ayer.

El regreso de aquél viaje por España le trajo una anécdota incómoda al Presidente, que tomó con su familia un vuelo comercial de Aerolíneas Argentinas en el que dos narcotraficantes colombianos intentaron ingresar al país 64.000 pastillas de éxtasis. Desde allí, por decisión de Patricia Bullrich, se terminaron las aventuras de Macri en vuelos de ese tipo.

El 2017 fue, tal vez, el año de los cuatro desde que Macri es Presidente en el que el Gobierno sintió que el cambio que venía a proponer estaba encaminado y que "el mejor equipo de los últimos 50 años" estaba más afinado que nunca. La Justicia avanzaba en causas trascendentes contra el gobierno anterior y sindicalistas que se percibían como intocables, los números de la elección acompañaba y, la economía, siempre díscola, se iba amoldando de a poco al discurso que más cómodo le sentaba a Macri entonces: dólar flotado, pobreza e inflación en baja, ingreso masivo de inversiones y tasas de crecimiento positivas.

No obstante, la fecha del calendario que quedará marcada es el jueves 28 de diciembre que juntó en una conferencia de prensa al ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, a su par de Finanzas, Nicolás Caputo, y al presidente del Banco Central Federico Sturzenegger con el jefe de Gabinete Marcos Peña. Así como ahora se habla de "reperfilar" deuda, el verbo que se creó entonces fue "recalibrar". Las nuevas metas de inflación, déficit y crecimiento ajustadas, aun lejanas a las previstas en el presupuesto '18, eran mucho más optimistas de la pintura real que ofreció ese año.

Ese fue el preámbulo de una crisis que ya lleva 16 meses, que comenzó con una corrida del dólar de $ 20 a $ 23, derivó en un pedido de auxilio al Fondo Monetario Internacional, continuó con otra estampida de la divisa estadounidense, que saltó casi sin escalas de $ 30 a $ 40 en agosto de 2018, de $ 45 a $ 60 un año después, y golpeó de frente a un asalariado que, dos años seguidos, cerró sueldos de en torno al 30% que quedaron rezagados ante una inflación anual de 50 puntos porcentuales. En ese lapso, Macri cambió un ministro de Hacienda y a medio gabinete, y mantuvo como su mano derecha a Marcos Peña.

La categórica derrota en las urnas el 11 de agosto, que se perfila para repetirse el 27 de octubre, fue el reflejo de ese país que Macri, creyó, estaba encaminado a construir y que, por errores propios, coyunturas adversas y otras yerbas, cada vez está más lejos de ser una realidad. Nada más queda de ése febrero de 2017 en el que, brindis y gestos cordiales de por medio, Madrid era una fiesta.

Temas relacionados
Más noticias de Mauricio Macri
Noticias de tu interés