Inversores intentan lidiar con las tasas de interés negativas

Aproximadamente una cuarta parte del mercado global de deuda emitida por gobiernos o empresas está negociando a niveles antes considerados improbables.

Hacer una inversión que garantiza la pérdida de dinero suena como algo que podría costarle a uno el empleo. Pero en los mercados de bonos, eso se ha convertido en una realidad.

Bonos por valor de u$s 15 billones —cerca del 25% de la deuda emitida por gobiernos y empresas a nivel mundial— actualmente se negocian con rendimientos negativos.

Eso significa que los precios son tan altos que los inversores están seguros que van a recuperar menos de lo que pagaron, vía intereses y capital, si mantienen el bono hasta su vencimiento. De hecho, ellos le están abonando a alguien para que cuide su dinero.

La propagación de las deudas con rendimientos negativos ha creado profundas dudas sobre los extremos a los que han llegado los bancos centrales en su intento por revivir la economía durante la última década. Al mismo tiempo, la travesía de los mercados de bonos por aguas desconocidas ha confundido a muchos inversores.

"El dinero gratis es un concepto bastante descabellado", comentó David Hoffman, administrador de carteras de bonos en Brandywine Global en Filadelfia. "Habiendo crecido en un mundo muy diferente, es un desafío lidiar con esto".

Las tasas de interés negativas aparecieron por vez primera en los mercados de dinero japoneses hace dos décadas. Desde la crisis financiera, se han extendido a los mercados de bonos soberanos en Japón, Suecia, Suiza, Dinamarca y la eurozona -todas economías que luchan contra la baja inflación y donde el banco central ha establecido tasas de interés por debajo de cero. Los inversores sedientos de rendimientos se vieron obligados a buscar en otros lados, lo que derivó en la propagación de los rendimientos inferiores a cero y redujo los costos de los préstamos en todas partes.

Como resultado, ahora abundan las rarezas. La institución bancaria danesa Jyske Bank emitió la semana pasada un bono hipotecario a 10 años con una tasa de interés de -0,5%, lo cual significa que a los propietarios se les paga por pedir prestado. Mientras tanto, el banco suizo UBS planea cobrarles a sus clientes extremadamente ricos por aferrarse a su efectivo.

Incluso grandes porciones de los mercados de obligaciones negociables actualmente se negocian con rendimientos bajo cero, incluyendo partes del mercado de bonos basura (ridiculizando su terminología "de alto rendimiento"). Los mercados emergentes tampoco han sido inmunes a esto. Los bonos que colocaron Polonia, la República Checa y Hungría se han unido al club.

Los inversores ahora están contemplando lo que podría convertirse en la próxima frontera de la revolución de rendimientos negativos: el mercado de bonos más grande.

"La próxima vez que la economía mundial entre en hibernación, es poco probable que los bonos del Tesoro de EE.UU. —la inversión más segura aparte del oro— sean una excepción", opinó Joachim Fels, un asesor económico global de Pimco, el gigante de inversiones de bonos con sede en Newport Beach, California. "Y si la guerra comercial sigue intensificándose, podemos llegar allí más rápido de lo esperado", él agregó.

Si los bancos centrales siguen bajando las tasas —como se anticipa que haga el Banco Central Europeo (BCE) en septiembre— es probable que los rendimientos de los bonos los sigan a la baja. La antigua teoría de que cero actuaría como un piso para las tasas de interés se hizo añicos. Sin embargo, la mayoría de los analistas cree que todavía existe algún tipo de límite, solamente que es más bajo de lo que habían pensado anteriormente.

"Qué tan bajas se pueden fijar las tasas depende de en qué momento comienza a ser contraproducente", señaló Adam Posen, ex autoridad del Banco de Inglaterra que actualmente preside el Instituto Peterson para la Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés).

Existen varias razones para pensar que ese momento podría estar cerca, o incluso que ya ha llegado a economías como la de Suiza, donde las tasas están actualmente en -0,75%. En algún momento, los ahorradores preferirán guardar su dinero en una bóveda en lugar de someterse a tasas punitivas y negativas, argumentó Posen.

Eso significa que es probable que los inversores no puedan sobrellevar la ola de rendimientos negativos durante mucho más tiempo. Aunque los rendimientos de los bonos han estado en niveles históricamente bajos durante años, los gestores de fondos han compensado con creces la falta de rendimiento con sólidas ganancias de precios en sus carteras cuando los bonos se recuperaron. Cuando se desinflen las alzas de precios, tendrán un panorama de inversión de bonos excepcionalmente sombrío.

"Me preocupa que uno pase a depender de tasas cada vez más bajas", comentó Hoffman. "Parece como si el mercado de bonos estuviera sufriendo algún tipo de ataque de pánico. Pero, ¿qué sucederá cuando las tasas suban? Es un juego peligroso", aseguró.

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